Ituzaingó, Mayo 8 de 1916. Señor Pedro B.Palacios La Plata. Mi querido amigo: A mi regreso de Mar del Plata, donde he permanecido mas de un mes, encuentro entre mi correspondencia detenida, su carta contestación a la mía del mes de marzo. Mucho le estimo la forma expresiva y generosa con que Ud. aprecia la modesta felicitación que le dirigí al conocer su gesto de titán arrojamdo un fragmento de cordillera andina sobre el cerro imperial germánico. En cuanto a mi queja anterior por la acogida poco amable que hizo Ud. a un enviado de este su amigo, acepto complacido sus explicaciones, salvo en un punto. Supone que aquel pudo haber sido mal impresionado por alguna exterioridad ingrata de las que Ud. injustamente se atribuye: no hay nada de eso; él no podia imaginarse que encontraría en Ud. un personaje acicalado, lo que por otra parte no le habría resultado interesante; sabía él que Ud., sin ser amable de profesión, es amable por cultura y por bondad, especialmente con los humildes; y él estaba precisamente en esta condicion, que suele ser ante Ud. el titulo mejor para atraer noblezas de su espíritu. No hubo pues mal entendido ni confusion en lo que a Ud. se refiere. Hubo simplemente el hecho de que él llegó hasta Ud. haciendose la ilusion de una buena acojida y Ud. no le llevo el apunte. Ahora le confieso que fué un hijo mío; pero en lo ocurrido el tiene toda la culpa; pecó de presuntuoso; imagínese que al presentarse ante Ud. fué con la pretensión de que, ignorando Ud de parte de quien iba, había Ud. de tomarlo en cuenta por sí mismo, atribuyéndose para ello personalidad suficiente. Por eso en vez de empezar por avisarle a Ud. quien era su padre, se le presentó sin recomendación y sin invocar mi nombre. Cuando vió que Ud. no le hizo caso, sufrió una gran decepción, no con respecto a Ud sino con respecto a sí mismo, una decepción que le ha hecho mal en el periodo de su primer esfuerzo por abrirse paso; tiene la obsesión de que no vale nada, puesto que Ud. nada encontró en él digno de estímulo. Se supone fracasado; y no obstante que algunos de mis viejos amigos y de sus jóvenes amigos lo alientan, esta pasando por un momento en que sin perder del todo la esperanza, no tiene fé en sí mismo. Pero dejando esto a un lado, y ya que después de tanto tiempo de alejamiento nos hemos puesto en comunicación, quiero recordarle que no solo soy su admirador sino también su amigo. Le estrecha la mano cordialmente su affmo. y S.S. J Castellanos Ituzaingó_ F.C. Oeste