La Verdad. Para Almafuerte, lleno de admiración y respeto. Yo vivo como Diógenes, en un tonél oculto, y como aquel, yo busco tan sólo la Verdad; al sentimiento humano como Galeno ausculto y lo hallo carcomido por una vil ruindad. El vicio lo devora; goza con el insulto; la podredumbre oculta con la fastuosidad, y en altares de Creso tibútale su culto á Cíteres, á Baco y ensalza la maldad. ¡Señor!- ¿Es que en el mundo la Verdad ya no existe? Tú, que en él, consolaste con tu palabra al triste, enséñame el sendero que deberé seguir; para hallar lo que anhelo, alumbra en mi camino, las torvas hosquedades, con el fulgor divino de la Verdad, supremo consuelo de vivir! José Carlos Demaria La PLata Mayo 28 de 1914