La Plata, octubre 25 del 915

Sr. Dr. Dn. José Figueroa Alcorta
		Buenos Aires.

				Mi querido amigo:

Vds., apenas se apercibieron de que tenían algun talento, se fueron á la Universidad. De allí salieron bien [lección ilegible] [socialmente y bien] aderezados social é intelectualmente, para mandar á los demás, ó aptos, por lo menos, para mandarlos. Yo no. /Yo me salí [de la ciudad] al descampado, inmediatamente que me dí cuenta de que tenía sesos, á poner mis energías al servicio de los pequeños semi-salvajes de que estaba y está llena esta santísima tierra. En aras de esa {Por estas manos han} niñez hirsuta, sucia y retardada he sacrificado {pasado miles de muchachos argentinos y esta} mi porvenir y he puesto mi vejez {lengua ha repetido el abecedario} en el camino del hospital. Hoy no {millones de veces. Es una lengua de} paso de un pobre diablo sin ilustración, {fuego como las del Espíritu Santo. Son manos pontificales.} sin un título de maestro rural, siquiera, y hasta sin los modales que, á fuerza de tratar con gente bien, adquiere cualquier lacayo de gran casa.
      Ese es mi mérito, porque ese es un hecho. No así La Inmortal ó El Misionero; porque La Inmortal ó El Misionero, como la [misma] propia Divina Comedia, no pasan de palabras más ó ménos [bien encadenadas] felizmente enganchadas unas en otras.
      Esto no es una lamentación, No cabe lamentarse de [las consecuencias de un acto,] una [lección ilegible] [ó de una serie de actos que se cometieron deliberadamente. No, no cabe. ..."¡como un Cristo traidor, como un Cristo que un día dejase la Cruz solitaria!" como un Cristo] Yo no soy ese. No lo seré jamás.
	Esto [es para pedirle que disculpe la surdez] que ya va siendo largo y poniéndose bastante dulzon y cursi, -es para decirle que tenga un poco de misericordia [por] con mis surdeces y [mis] mire con cierta consideración y hasta con cierto respeto mis resbalones y mis embarrancamientos en las alfombras y enceraduras de su casa. Por lo menos [nao] hora tiene su esplicación tambien es para decirle todo lo que deseaba de Vd. el día [que fui a] de mi visita[rlo] y que no se lo expuse claramente de puro batata que soy. Deseaba lo siguiente:
  Un puesto de Inspector de Impuestos internos, para mi amigo y compadre el Sr. Dn. Pascasio Ramos.
	Y la [dirección suprema del] dirección ó administración del Puerto de La Plata, -que está vacante,- para mi amigo y secretario ad honorem, Dn Francisco C. Olivero.
	Claro está que lo que le ruego es su influencia indirecta; porque Vd. no puede, [en mi concepto] rebajarse á estas pequeñeces.
El Dr. Escobar,- que me recibió cariñosísimamente,- crée que la Administración del Puerto está prometida á un Sr. Aguiar. Habrá sido así hasta hace poco; pero ya no es. El Sr. Aguiar ha muerto. Lo supe ayer.
	Crea, mi querido amigo, créalo firmemente, que