Sección Paleontologíahttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/662402024-03-19T06:30:00Z2024-03-19T06:30:00ZXIX contribución al conocimiento de las diatomeas argentinas: Las diatomeas del PlatenseFrenguelli, Joaquínhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1444262022-10-25T04:02:56Z1945-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (nueva serie); tomo III, no. 16, sección Paleontología
En la síntesis que acaba de publicarse en la sección geológica de esta Revista he tratado ya de concretar las principales características del horizonte de nuestra serie loéssica que, desde Doering (1882) y Ameghino(1889), se conoce con el nombre de Platense. He recalcado allí, como introducción al presente trabajo, la importancia que, dentro de este pisoestratigráfico, adquieren los frústulos de las Diatomeas como elemento geológico y petrográfico. Por lo tanto, me concretaré a considerar las Diatomeas que le son propias, principalmente desde el punto de vista paleontológico. Los antecedentes que podrían recordarse al respecto son realmente pocos. Exceptuando las diferentes menciones y las breves listas de formas diatómicas platenses publicadas por mí en diversos trabajos de carácter estratigráfico y a los cuales ya me he referido en la parte geológica de este estudio, sólo se publicaron al respecto pocas noticias en forma general y vaga. Burmeister, en su Descripción physique de la Republique Argentine, al examinar microscópicamente los sedimentos aluviales de los bordes del Río Salado del Sur, de un pozo en Barracas y de la margen del Río de la Plata, sólo dice que, además de los granos minerales que forman la masa principal, halló en la tosca algunos restos orgánicos que le parecieron «desenveloppes silicieuses des Diatomées et des petites aiguilles des Spongilles».
1945-01-01T00:00:00ZEn la síntesis que acaba de publicarse en la sección geológica de esta Revista he tratado ya de concretar las principales características del horizonte de nuestra serie loéssica que, desde Doering (1882) y Ameghino(1889), se conoce con el nombre de Platense. He recalcado allí, como introducción al presente trabajo, la importancia que, dentro de este pisoestratigráfico, adquieren los frústulos de las Diatomeas como elemento geológico y petrográfico. Por lo tanto, me concretaré a considerar las Diatomeas que le son propias, principalmente desde el punto de vista paleontológico. Los antecedentes que podrían recordarse al respecto son realmente pocos. Exceptuando las diferentes menciones y las breves listas de formas diatómicas platenses publicadas por mí en diversos trabajos de carácter estratigráfico y a los cuales ya me he referido en la parte geológica de este estudio, sólo se publicaron al respecto pocas noticias en forma general y vaga. Burmeister, en su Descripción physique de la Republique Argentine, al examinar microscópicamente los sedimentos aluviales de los bordes del Río Salado del Sur, de un pozo en Barracas y de la margen del Río de la Plata, sólo dice que, además de los granos minerales que forman la masa principal, halló en la tosca algunos restos orgánicos que le parecieron «desenveloppes silicieuses des Diatomées et des petites aiguilles des Spongilles».Los gliptodontoideos del Araucaniano de CatamarcaCabrera Latorre, Ángelhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1444252022-10-25T04:03:03Z1944-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (nueva serie); tomo III, no. 15, sección Paleontología
El presente trabajo es resultado del estudio del material de xenartros pliocenos de la superfamilia Glyptodontoidea obtenido en la provincia deCatamarca durante las expediciones llevadas a cabo en los años 1927 a1930 por el Departamento a mi cargo en el Museo de La Plata. Dichas expediciones fueron tres, que se realizaron en los meses de noviembre-diciembre de 1927, febrero-abril de 1929 y enero-marzo de 1930, y tuvieron por objeto el reconocimiento paleontológico de los estratos araucanianos del centro del departamento de Belén, si bien en los tres viajes, aparte de la gran cantidad de fósiles recogida, se obtuvieron también algunos materiales arqueológicos, y en el segundo se hicieron además recolecciones botánicas. La zona reconocida comprendió desde La Ciénaga hasta cerca de 6 kilómetros al norte de Corral Quemado, en una faja de 15 a 20 kilómetrosde anchura, lo que significa una extensión aproximada de 600 kilómetros cuadrados. La falta de comodidad para el alojamiento en las localidades enaquélla incluidas, obligó a adoptar constantemente el sistema de campamentos, los cuales se establecieron, en el primer viaje, en la Puertade Corral Quemado; en el segundo, en La Ciénaga, Las Juntas y Puerta de Corral Quemado, y en el tercero, en Corral Quemado y en la Loma Negra, entre el Cerro Colorado de Hualfín y el río San Fernando. Todos los trabajos de campo estuvieron bajo mi dirección personal, teniendo como auxiliares a los preparadores del Departamento señores Bernardo Eugui, en la primera expedición, y Antonio Castro en la segunda y tercera,y en las tres a don Juan Méndez, de Fuerte Quemado, quien además decooperar muy activamente en la extracción de fósiles, actuó como baqueano y como capataz del personal de peones y arrieros. La parte botánica del segundo viaje estuvo a cargo de mi hijo Ángel L. Cabrera, en aquel entonces alumno del Instituto del Museo. A los señores Castro y Eugui correspondió además la larga y tediosa tarea de limpiar v preparar en el taller del Departamento los fósiles obtenidos, poniéndolos en condiciones de ser estudiados.
1944-01-01T00:00:00ZEl presente trabajo es resultado del estudio del material de xenartros pliocenos de la superfamilia Glyptodontoidea obtenido en la provincia deCatamarca durante las expediciones llevadas a cabo en los años 1927 a1930 por el Departamento a mi cargo en el Museo de La Plata. Dichas expediciones fueron tres, que se realizaron en los meses de noviembre-diciembre de 1927, febrero-abril de 1929 y enero-marzo de 1930, y tuvieron por objeto el reconocimiento paleontológico de los estratos araucanianos del centro del departamento de Belén, si bien en los tres viajes, aparte de la gran cantidad de fósiles recogida, se obtuvieron también algunos materiales arqueológicos, y en el segundo se hicieron además recolecciones botánicas. La zona reconocida comprendió desde La Ciénaga hasta cerca de 6 kilómetros al norte de Corral Quemado, en una faja de 15 a 20 kilómetrosde anchura, lo que significa una extensión aproximada de 600 kilómetros cuadrados. La falta de comodidad para el alojamiento en las localidades enaquélla incluidas, obligó a adoptar constantemente el sistema de campamentos, los cuales se establecieron, en el primer viaje, en la Puertade Corral Quemado; en el segundo, en La Ciénaga, Las Juntas y Puerta de Corral Quemado, y en el tercero, en Corral Quemado y en la Loma Negra, entre el Cerro Colorado de Hualfín y el río San Fernando. Todos los trabajos de campo estuvieron bajo mi dirección personal, teniendo como auxiliares a los preparadores del Departamento señores Bernardo Eugui, en la primera expedición, y Antonio Castro en la segunda y tercera,y en las tres a don Juan Méndez, de Fuerte Quemado, quien además decooperar muy activamente en la extracción de fósiles, actuó como baqueano y como capataz del personal de peones y arrieros. La parte botánica del segundo viaje estuvo a cargo de mi hijo Ángel L. Cabrera, en aquel entonces alumno del Instituto del Museo. A los señores Castro y Eugui correspondió además la larga y tediosa tarea de limpiar v preparar en el taller del Departamento los fósiles obtenidos, poniéndolos en condiciones de ser estudiados.Algunas trigonias del NeuquénLambert, Luis R.http://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443242022-10-22T04:02:36Z1944-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 14, sección Paleontología
La casi totalidad del material fosilífero utilizado para este estudio ha sido coleccionado personalmente por el autor en la región centro-occidental del Territorio del Neuquén durante los años 1941-1943, en el curso de sus tareas de levantamiento de las hojas 35b-Zapala y 36b-Cerro Chachil, del Mapa geológico de la República Argentina a escala del 1/200.000°, habiéndose dejado constancia expresa del origen de algunos ejemplares de otra procedencia. Los estudios de laboratorio, así como las fotografías, han sido realizados en la Dirección de Minas y Geología de la Nación, con cuya autorización el autor publica este trabajo. Los fósiles descriptos y figurados se encuentran actualmente depositados en las colecciones de la citada repartición.
1944-01-01T00:00:00ZLa casi totalidad del material fosilífero utilizado para este estudio ha sido coleccionado personalmente por el autor en la región centro-occidental del Territorio del Neuquén durante los años 1941-1943, en el curso de sus tareas de levantamiento de las hojas 35b-Zapala y 36b-Cerro Chachil, del Mapa geológico de la República Argentina a escala del 1/200.000°, habiéndose dejado constancia expresa del origen de algunos ejemplares de otra procedencia. Los estudios de laboratorio, así como las fotografías, han sido realizados en la Dirección de Minas y Geología de la Nación, con cuya autorización el autor publica este trabajo. Los fósiles descriptos y figurados se encuentran actualmente depositados en las colecciones de la citada repartición.La fáunula del Tremadociano inferior de Salitre (Bolivia)Harrington, Horacio J.Leanza, Armando Federicohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443202022-10-22T04:02:37Z1943-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 13, sección Paleontología
En julio de 1963 el autor senior tuvo oportunidad de realizar una corta excursión a la localidad de Salitre en el sur de Bolivia. dedicando unas pocas horas al estudio de los afloramientos eopaleozoicos de aquella zona, conocidos desde la publicación de las investigaciones de Steinmann y Hoek en 1912 (Sleinmann y Hoek, Das Silur und Cambrian, etc.). La breve visita permitió descubrir la existencia de dos horizontes fosilíferos y coleccionar numerosos restos fósiles entre los que se hallan varias especies no mencionadas para la localidad. Como la asociación de formas es muy ilustrativa, hemos creído interesante dada a conocer, ya que contribuye a aclarar ciertos problemas relacionados con las faunas del Ordovícico basal argentino-boliviano.
1943-01-01T00:00:00ZEn julio de 1963 el autor senior tuvo oportunidad de realizar una corta excursión a la localidad de Salitre en el sur de Bolivia. dedicando unas pocas horas al estudio de los afloramientos eopaleozoicos de aquella zona, conocidos desde la publicación de las investigaciones de Steinmann y Hoek en 1912 (Sleinmann y Hoek, Das Silur und Cambrian, etc.). La breve visita permitió descubrir la existencia de dos horizontes fosilíferos y coleccionar numerosos restos fósiles entre los que se hallan varias especies no mencionadas para la localidad. Como la asociación de formas es muy ilustrativa, hemos creído interesante dada a conocer, ya que contribuye a aclarar ciertos problemas relacionados con las faunas del Ordovícico basal argentino-boliviano.Reseña crítica de los géneros atribuidos a la «Serie de Thinnfeldia»Frenguelli, Joaquínhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443182022-10-22T04:02:44Z1943-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 12, sección Paleontología
En el estudio de las plantas fósiles, la duda es una situación constante del espíritu particularmente cuando de la simple descripción de las formas paleontológicas intentamos pasar a su interpretación morfológica y sistemática. Y no puede ser de otra manera desde que, salvo casos excepcionales, sólo contamos con impresiones y con fragmentos sobre los cuales un botánico no se atrevería a formular juicios definitivos, ni envías de simple hipótesis. Las estructuras fértiles, inflorescencias y fructificaciones, que el botánico exige para sus descripciones, en el acervo paleobotánico son elementos raros, a menudo destruidos o profundamente alterados en sus partes esenciales, mutilados, deformados y ordinariamente separados de las partes vegetativas correspondientes. La investigación moderna, con métodos laboriosos y prolijos, ha subsanado muchas deficiencias penetrando en la estructura íntima de muchos despojos. Es evidente, sin embargo, que el conocimiento de contados detalles histológicos o la interpretación más o menos exacta de algunas estructuras microscópicas no son recursos suficientes para un conocimiento cabal de conjuntos complejos. Es menester, sin embargo, que también la Paleobotánica, para su desenvolvimiento científico y para sus fines prácticos, además de describir, labre sus interpretaciones y sus hipótesis; y, sobre todo, es imprescindibleque organice los elementos de que dispone y los ordene de manera que ellos puedan servir a nuestros propósitos. Para ello bastará que, ajustándose a la lógica de los progresos logrados, la perspicacia no se exceda y con una crítica demasiado severa no se destruya. De otra manera todo intento será malogrado y seguiremos en aquel lamentable estado de confusión que afecta profundamente gran parte de nuestra labor.
1943-01-01T00:00:00ZEn el estudio de las plantas fósiles, la duda es una situación constante del espíritu particularmente cuando de la simple descripción de las formas paleontológicas intentamos pasar a su interpretación morfológica y sistemática. Y no puede ser de otra manera desde que, salvo casos excepcionales, sólo contamos con impresiones y con fragmentos sobre los cuales un botánico no se atrevería a formular juicios definitivos, ni envías de simple hipótesis. Las estructuras fértiles, inflorescencias y fructificaciones, que el botánico exige para sus descripciones, en el acervo paleobotánico son elementos raros, a menudo destruidos o profundamente alterados en sus partes esenciales, mutilados, deformados y ordinariamente separados de las partes vegetativas correspondientes. La investigación moderna, con métodos laboriosos y prolijos, ha subsanado muchas deficiencias penetrando en la estructura íntima de muchos despojos. Es evidente, sin embargo, que el conocimiento de contados detalles histológicos o la interpretación más o menos exacta de algunas estructuras microscópicas no son recursos suficientes para un conocimiento cabal de conjuntos complejos. Es menester, sin embargo, que también la Paleobotánica, para su desenvolvimiento científico y para sus fines prácticos, además de describir, labre sus interpretaciones y sus hipótesis; y, sobre todo, es imprescindibleque organice los elementos de que dispone y los ordene de manera que ellos puedan servir a nuestros propósitos. Para ello bastará que, ajustándose a la lógica de los progresos logrados, la perspicacia no se exceda y con una crítica demasiado severa no se destruya. De otra manera todo intento será malogrado y seguiremos en aquel lamentable estado de confusión que afecta profundamente gran parte de nuestra labor.Paleontología del Paleozoico Inferior de la Argentina: I. Las faunas del Cámbrico medio de San JuanHarrington, Horacio J.Leanza, Armando Federicohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443172022-10-22T04:02:46Z1943-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 11, sección Paleontología
Con el presente trabajo iniciamos una serie de estudios que tienen por objeto la revisión de las faunas del Paleozoico Inferior de la Argentina.Este primer artículo trata en particular de las fáunulas del Cámbrico medio de las Quebradas de La Laja y de Juan Pobre en la Sierra Chica de Zonda, provincia de San Juan.Los fósiles provenientes de estas localidades fueron descubiertos y coleccionados por Stelzner y descriptos por Kayser en 1876. Parte de este material, inclusive algunos de los tipos de Kayser, se encuentran depositados en las colecciones de la Dirección de Minas y Geología de BuenosAires. Al revisar estos fósiles, como así también al estudiar nuevos restos coleccionados en los últimos años en la última de estas localidades, llegamos a la inesperada conclusión de que las pocas formas provenientes de las llamadas «calizas ordovícicas» de estas dos quebradas no pertenecían al Ordovícico, según se aceptaba desde que Kayser así lo sostuviera en 1876,sino que correspondían en realidad al Cámbrico medio.En la primera parte de este trabajo se describen nuevamente los fósilesprovenientes de las calizas de las Quebradas de La Laja y de Juan Pobre,Sierra Chica de Zonda, San Juan, en base a parte del material originalmenteestudiado por Kayser en 1876 y a nuevos ejemplares coleccionados en laúltima localidad entre los años 1937 y 1942 por el doctor J. Keidel y uno de nosotros. La segunda parte está dedicada a un resumen de nuestros conocimientos actuales sobre el Cámbrico fosilífero en Sud América. Queremos expresar aquí nuestro agradecimiento al doctor Charles E. Resser del United States National Museum de Washington por su valiosa ayuda al aclaramos algunas dudas en cuanto a la posición genérica y distribución en el tiempo de ciertas especies del Cámbrico norteamericano.
1943-01-01T00:00:00ZCon el presente trabajo iniciamos una serie de estudios que tienen por objeto la revisión de las faunas del Paleozoico Inferior de la Argentina.Este primer artículo trata en particular de las fáunulas del Cámbrico medio de las Quebradas de La Laja y de Juan Pobre en la Sierra Chica de Zonda, provincia de San Juan.Los fósiles provenientes de estas localidades fueron descubiertos y coleccionados por Stelzner y descriptos por Kayser en 1876. Parte de este material, inclusive algunos de los tipos de Kayser, se encuentran depositados en las colecciones de la Dirección de Minas y Geología de BuenosAires. Al revisar estos fósiles, como así también al estudiar nuevos restos coleccionados en los últimos años en la última de estas localidades, llegamos a la inesperada conclusión de que las pocas formas provenientes de las llamadas «calizas ordovícicas» de estas dos quebradas no pertenecían al Ordovícico, según se aceptaba desde que Kayser así lo sostuviera en 1876,sino que correspondían en realidad al Cámbrico medio.En la primera parte de este trabajo se describen nuevamente los fósilesprovenientes de las calizas de las Quebradas de La Laja y de Juan Pobre,Sierra Chica de Zonda, San Juan, en base a parte del material originalmenteestudiado por Kayser en 1876 y a nuevos ejemplares coleccionados en laúltima localidad entre los años 1937 y 1942 por el doctor J. Keidel y uno de nosotros. La segunda parte está dedicada a un resumen de nuestros conocimientos actuales sobre el Cámbrico fosilífero en Sud América. Queremos expresar aquí nuestro agradecimiento al doctor Charles E. Resser del United States National Museum de Washington por su valiosa ayuda al aclaramos algunas dudas en cuanto a la posición genérica y distribución en el tiempo de ciertas especies del Cámbrico norteamericano.Los Pelecípodos del lias de Piedra Pintada en el NeuquénLeanza, Armando Federicohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443152022-10-22T04:02:48Z1942-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 10, sección Paleontología
El presente trabajo solo se propone describir una parte de los fósiles de los estratos marinos de Piedra Pintada, en el Neuquén. Sabido es que el clásico yacimiento fue descubierto por el doctor Santiago Roth en el año 1895, y por él atribuido al Jurásico inferior por contener, entre sus fósiles, Lithotrochus humboldti y Pecten alatus v. Buch. Años después, al efectuar una segunda excursión a la misma localidad, Roth reunió una pequeña colección paleontológica que entrego para su estudio a Kurtz y a Burckhardt. Kurtz estudio los restos vegetales y llego a la conclusión de que ellos representarían en la Argentina equivalentes de la llora de las Rajmahal Hills de la India. Las determinaciones paleobotánicas de Kurtz han sido revisadas por Frenguelli.
1942-01-01T00:00:00ZEl presente trabajo solo se propone describir una parte de los fósiles de los estratos marinos de Piedra Pintada, en el Neuquén. Sabido es que el clásico yacimiento fue descubierto por el doctor Santiago Roth en el año 1895, y por él atribuido al Jurásico inferior por contener, entre sus fósiles, Lithotrochus humboldti y Pecten alatus v. Buch. Años después, al efectuar una segunda excursión a la misma localidad, Roth reunió una pequeña colección paleontológica que entrego para su estudio a Kurtz y a Burckhardt. Kurtz estudio los restos vegetales y llego a la conclusión de que ellos representarían en la Argentina equivalentes de la llora de las Rajmahal Hills de la India. Las determinaciones paleobotánicas de Kurtz han sido revisadas por Frenguelli.Sobre algunos trilobites nuevos o poco conocidos del Ordovícico argentinoHarrington, Horacio J.Leanza, Armando Federicohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443132022-10-22T04:02:49Z1942-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 9, sección Paleontología
Estas breves notas que tienen por objeto la descripción de tres especies detrilobites ordovícicos del norte argentino y la proposición de dos nuevos nombres genéricos para Basilicoides Ma y Onychopyge Harrington. Una de estas especies, Basilicoides laurinus, ha sido descripta en 1937 por uno de nosotros, en base a material no muy bien conservado (Ordovician Fossils). Nuevos ejemplares del mismo horizonte y de la misma localidad, nos permiten en esta oportunidad completar la descripción original agregando ciertos detalles, insospechados entonces, que se refieren principalmente a los caracteres del pigidio. Las otras dos especies se describen aquí por primera vez. Una de ellas, pertenece a un género también nuevo para la ciencia y que proponemos designar con el nombre de Plesioparabolina gen. nov. Su interés principal estriba en el carácter «propario» de su sutura facial. El otro género, Jujuyaspis Kobayashi, es también exclusivo del Ordovícico argentino-boliviano. Kobayashi (Proparian Genus) lo ha considerado como género terminal de la evolución de Leptoplastus y, en efecto, las dos especies de Jujuyaspis conocidas hasta ahora, tienen muchas analogías con el género báltico.
1942-01-01T00:00:00ZEstas breves notas que tienen por objeto la descripción de tres especies detrilobites ordovícicos del norte argentino y la proposición de dos nuevos nombres genéricos para Basilicoides Ma y Onychopyge Harrington. Una de estas especies, Basilicoides laurinus, ha sido descripta en 1937 por uno de nosotros, en base a material no muy bien conservado (Ordovician Fossils). Nuevos ejemplares del mismo horizonte y de la misma localidad, nos permiten en esta oportunidad completar la descripción original agregando ciertos detalles, insospechados entonces, que se refieren principalmente a los caracteres del pigidio. Las otras dos especies se describen aquí por primera vez. Una de ellas, pertenece a un género también nuevo para la ciencia y que proponemos designar con el nombre de Plesioparabolina gen. nov. Su interés principal estriba en el carácter «propario» de su sutura facial. El otro género, Jujuyaspis Kobayashi, es también exclusivo del Ordovícico argentino-boliviano. Kobayashi (Proparian Genus) lo ha considerado como género terminal de la evolución de Leptoplastus y, en efecto, las dos especies de Jujuyaspis conocidas hasta ahora, tienen muchas analogías con el género báltico.Un plesiosaurio nuevo del Cretáceo del ChubutCabrera Latorre, Ángelhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443102022-10-24T18:58:07Z1941-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 8, sección Paleontología
A mediados del mes de septiembre del año pasado, el doctor Pablo Groeber tuvo la gentileza de enviar al Departamento de Paleozoología, Vertebrados, de nuestro Museo, en nombre de la Dirección de Minas y Geología del Ministerio de Agricultura de la Nación, y en concepto de donación, algunos restos de un reptil fósil de gran tamaño obtenidos en el Cretáceo superior del noroeste del Chubut por el señor Cristian S. Petersen, con la cooperación del poblador de aquella zona Víctor Saldivia. Vinieron dichos restos cubiertos de una dura capa de roca, y al ser limpiados y preparados cuidadosamente por el preparador señor Parodi, se vio, con la sorpresa y satisfacción consiguientes, que se trataba de un enorme sauropterigio del suborden Plesiosauria. Poco tiempo antes, al regreso de una excursión al cerro Mirador, en la misma región, el director del Museo, doctor Joaquín Frenguelli, había traído como obsequio del señor Mario Reguiló una vértebra incompleta y tres falanges que sin duda corresponden a la misma especie, pero lo fragmentario de este material y la incertidumbre sobre su procedencia exacta no consintieron aventurar su determinación taxonómica. De informaciones posteriores sin embargo, parece deducirse que estos restos pertenecen al mismo esqueleto que los recibidos por intermedio del doctor Groeber. Sin dificultad se comprenderá el considerable interés que tienen estos hallazgos si se tiene en cuenta que, pese a la polvareda levantada hace diez y ocho años en torno a las absurdas noticias sobre la supuesta existencia de un plesiosaurio vivo en Patagonia, en realidad es ésta la primera vez que de un modo absolutamente seguro se puede afirmar que esta clase de reptiles ha vivido en lo que hoy es territorio argentino.
1941-01-01T00:00:00ZA mediados del mes de septiembre del año pasado, el doctor Pablo Groeber tuvo la gentileza de enviar al Departamento de Paleozoología, Vertebrados, de nuestro Museo, en nombre de la Dirección de Minas y Geología del Ministerio de Agricultura de la Nación, y en concepto de donación, algunos restos de un reptil fósil de gran tamaño obtenidos en el Cretáceo superior del noroeste del Chubut por el señor Cristian S. Petersen, con la cooperación del poblador de aquella zona Víctor Saldivia. Vinieron dichos restos cubiertos de una dura capa de roca, y al ser limpiados y preparados cuidadosamente por el preparador señor Parodi, se vio, con la sorpresa y satisfacción consiguientes, que se trataba de un enorme sauropterigio del suborden Plesiosauria. Poco tiempo antes, al regreso de una excursión al cerro Mirador, en la misma región, el director del Museo, doctor Joaquín Frenguelli, había traído como obsequio del señor Mario Reguiló una vértebra incompleta y tres falanges que sin duda corresponden a la misma especie, pero lo fragmentario de este material y la incertidumbre sobre su procedencia exacta no consintieron aventurar su determinación taxonómica. De informaciones posteriores sin embargo, parece deducirse que estos restos pertenecen al mismo esqueleto que los recibidos por intermedio del doctor Groeber. Sin dificultad se comprenderá el considerable interés que tienen estos hallazgos si se tiene en cuenta que, pese a la polvareda levantada hace diez y ocho años en torno a las absurdas noticias sobre la supuesta existencia de un plesiosaurio vivo en Patagonia, en realidad es ésta la primera vez que de un modo absolutamente seguro se puede afirmar que esta clase de reptiles ha vivido en lo que hoy es territorio argentino.Consideraciones sobre los Silicoflagelados fósilesFrenguelli, Joaquínhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443092022-10-22T04:02:52Z1940-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 7, sección Paleontología
Después de breves noticias referentes al estado actual de nuestros conocimientos sobre los Silicoflagelados fósiles, el autor expone una serie de consideraciones acerca de la morfología, la estructura y la sistemática de este interesante grupo de Flagelados. De una manera provisional y precaria, vuelve a considerar los Silicoflagelados sensu lato, como integrados por las tres familias admitidas por los viejos autores: Diclyochaceae, Ebriaceae y Aclinisceae. De cada una de ellas revisa los géneros que en su opinión considera buenos, suprime algunos y funda otros nuevos, separándolos de entidades taxonómicas preexistentes.
1940-01-01T00:00:00ZDespués de breves noticias referentes al estado actual de nuestros conocimientos sobre los Silicoflagelados fósiles, el autor expone una serie de consideraciones acerca de la morfología, la estructura y la sistemática de este interesante grupo de Flagelados. De una manera provisional y precaria, vuelve a considerar los Silicoflagelados sensu lato, como integrados por las tres familias admitidas por los viejos autores: Diclyochaceae, Ebriaceae y Aclinisceae. De cada una de ellas revisa los géneros que en su opinión considera buenos, suprime algunos y funda otros nuevos, separándolos de entidades taxonómicas preexistentes.Sobre vertebrados fósiles del Plioceno de Adolfo AlsinaCabrera Latorre, Ángelhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1443072022-10-24T18:59:16Z1939-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (Nueva Serie); tomo II, no. 6, sección Paleontología
Los vertebrados fósiles descritos en el presente trabajo fueron hallados en la localidad de Adolfo Alsina, junto a la laguna de Epecuén, en el oeste de la provincia de Buenos Aires. En capas pliocenas aproximadamente contemporáneas de araucaniano del norte de la República. Proceden de dos capas superpuestas en concordancia, de las cuales la más alta puede considerarse como Plioceno cuspidal, o muy poco más antiguo. La diferencia de edad entre ambas capas ha sido probablemente muy pequeña. En las más inferiores se han hallado los restos de cuatro esprcies de mamíferos y en la superior los de siete mamíferos un ave del grupo de los fororracos de tamaño gigantesco. Todas estas especies y en algunos casos también los respectivos géneros, resultan ser nuevos. Los hechos más interesantes desde el punto de vista paleobiológico, son la presencia de dicha ave la coexistencia de tres diferentes géneros de tipoterios, lo que también ha sido observado en las Huayquerías de la provincia de Mendoza.
1939-01-01T00:00:00ZLos vertebrados fósiles descritos en el presente trabajo fueron hallados en la localidad de Adolfo Alsina, junto a la laguna de Epecuén, en el oeste de la provincia de Buenos Aires. En capas pliocenas aproximadamente contemporáneas de araucaniano del norte de la República. Proceden de dos capas superpuestas en concordancia, de las cuales la más alta puede considerarse como Plioceno cuspidal, o muy poco más antiguo. La diferencia de edad entre ambas capas ha sido probablemente muy pequeña. En las más inferiores se han hallado los restos de cuatro esprcies de mamíferos y en la superior los de siete mamíferos un ave del grupo de los fororracos de tamaño gigantesco. Todas estas especies y en algunos casos también los respectivos géneros, resultan ser nuevos. Los hechos más interesantes desde el punto de vista paleobiológico, son la presencia de dicha ave la coexistencia de tres diferentes géneros de tipoterios, lo que también ha sido observado en las Huayquerías de la provincia de Mendoza.XIII contribución al conocimiento de las diatomeas argentinas: Diatomeas del querandinense estuariano del río Matanza en Buenos AiresFrenguelli, Joaquínhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1442312022-10-20T20:03:16Z1938-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (nueva serie); tomo I, no. 5, sección Paleontología
Se analiza el contenido diatomológico del Querandinense (Holoceno) del río Matanzas, en Buenos Aires, resultando constituído por una mezcla heterogénea de entidades de habitat diferente: de agua dulce, estuarianas y marinas, planctónicas, neríticas, etc. Entre ellas algunas formas raras y otras nuevas. Estas son: Cymbella grosseslriata varo recta, Hanlzschia minima, Maslogloia pumila varo lanceolala, Melosira echinus, Navicula humerosa varo ovalis, Navicula rara, Plagiogramma simplex y Tryblionella querandina.
1938-01-01T00:00:00ZSe analiza el contenido diatomológico del Querandinense (Holoceno) del río Matanzas, en Buenos Aires, resultando constituído por una mezcla heterogénea de entidades de habitat diferente: de agua dulce, estuarianas y marinas, planctónicas, neríticas, etc. Entre ellas algunas formas raras y otras nuevas. Estas son: Cymbella grosseslriata varo recta, Hanlzschia minima, Maslogloia pumila varo lanceolala, Melosira echinus, Navicula humerosa varo ovalis, Navicula rara, Plagiogramma simplex y Tryblionella querandina.Sobre las faunas del Ordoviciano inferior del norte argentinoHarrington, Horacio J.http://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1442302022-10-20T20:03:20Z1938-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (nueva serie); tomo I, no. 4, sección Paleontología
Las primeras noticias sobre las faunas Ordovicianas de la Argentina se deben a los estudios de Kayser, efectuados a fines del pasado siglo. Otra importante contribución a nuestros conocimientos sobre esta materia fue el trabajo de Steinmann y Hoek publicado en 1912, si bien que en él se estudia, ante todo, el Paleozoico inferior de Bolivia. Desde 1912 hasta 1935, fecha en que Kobayashi publicó su primer trabajo sobre fósiles del Ordoviciano inferior de la Argentina, los estudios de estas faunas quedaron interrumpidos por un largo período. En los últimos tres alias estas investigaciones han tomado nuevo empuje gracias, ante todo, a labor desarrollada por Kobayashi, que ha culminado con la publicación reciente de su revisión de las faunas cambrordovicianas de Sudamérica. En este trabajo Kobayashi ha revisado las colecciones del Perú, Bolivia y Argentina descriptas por Lake, Kayser, Hoek y otros, afines del siglo pasado y comienzos del presente. Pero si bien el estudio de estas faunas quedó paralizado desde 1912 por un período de más de 20 años, en el transcurso de este tiempo ha ingresado a las colecciones de los diversos institutos científicos del país rico material coleccionado por diferentes investigadores en el transcurso de estudios geológicos efectuados, ante todo, en las provincias de Jujuy y Salta. A instancias del doctor J. Keidel me decidí a emprender el estudio de estas faunas, con el propósito de esclarecer un poco la estratigrafía del Paleozoico inferior de estas regiones. En un trabajo anterior, publicado en 1937, tuve oportunidad de describir algunos de estos fósiles, provenientes de la Quebrada del Toro y de la Quebrada de Chalala.
1938-01-01T00:00:00ZLas primeras noticias sobre las faunas Ordovicianas de la Argentina se deben a los estudios de Kayser, efectuados a fines del pasado siglo. Otra importante contribución a nuestros conocimientos sobre esta materia fue el trabajo de Steinmann y Hoek publicado en 1912, si bien que en él se estudia, ante todo, el Paleozoico inferior de Bolivia. Desde 1912 hasta 1935, fecha en que Kobayashi publicó su primer trabajo sobre fósiles del Ordoviciano inferior de la Argentina, los estudios de estas faunas quedaron interrumpidos por un largo período. En los últimos tres alias estas investigaciones han tomado nuevo empuje gracias, ante todo, a labor desarrollada por Kobayashi, que ha culminado con la publicación reciente de su revisión de las faunas cambrordovicianas de Sudamérica. En este trabajo Kobayashi ha revisado las colecciones del Perú, Bolivia y Argentina descriptas por Lake, Kayser, Hoek y otros, afines del siglo pasado y comienzos del presente. Pero si bien el estudio de estas faunas quedó paralizado desde 1912 por un período de más de 20 años, en el transcurso de este tiempo ha ingresado a las colecciones de los diversos institutos científicos del país rico material coleccionado por diferentes investigadores en el transcurso de estudios geológicos efectuados, ante todo, en las provincias de Jujuy y Salta. A instancias del doctor J. Keidel me decidí a emprender el estudio de estas faunas, con el propósito de esclarecer un poco la estratigrafía del Paleozoico inferior de estas regiones. En un trabajo anterior, publicado en 1937, tuve oportunidad de describir algunos de estos fósiles, provenientes de la Quebrada del Toro y de la Quebrada de Chalala.La flórula jurásica de Paso Flores en el Neuquén con referencias a la de Piedra Pintada y otras floras jurásicas argentinasFrenguelli, Joaquínhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1440562022-10-18T20:03:39Z1937-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (nueva serie); tomo I, no. 3, sección Paleontología
La Dirección General de YPF ha tenido la deferencia de someter a mi estudio 14 muestras con impresiones de plantas, coleccionadas en el mes de noviembre de 1931 por los doctores Enrique Fossa-Mancini y Danilo Ramaccioni en las inmediaciones de Paso Flores, sobre el río Limay, en el Neuquén. El yacimiento de procedencia fue mencionado ya por Wichmann en sutrabajo póstumo, bajo el capítulo: «Patagónico terrestre-Terciario». Su descripción es clara. «El Terciario viejo» —escribe— existe solamente en sufacies terrestre en la región visitada por mí. Las capas más viejas aparecen en los alrededores de la confluencia del Collón-Curá con el Limay y se extienden desde allí aguas arriba por el valle del último río. Se compone de espesos bancos de conglomerados finos y gruesos, de color pardo claro y obscuro, con areniscas (conteniendo árboles petrificados) y esquistos duros, arcillosos, amarillentos, con restos de plantas. En la base hay también areniscas arcósicas e intercalaciones de arenisca fina, micácea, arcillosa. Encontré esta formación, primero en la orilla oriental del CoIlón-Curá cerca del Piñón, donde se observa un pequeño remanente sobre esquistos micáceos alterados, con vetas de pegmatita gráfica microgranosa, tapado por las tobas grises del Collón-Curá. Mayor extensión alcanzan los bancos al sur del arroyo Alaley-Curá y constituyen el terreno comprendido entre la estancia homónima y el Paso Flores, a veces traspasados por basalto. También aquí forma el yaciente un granito alterado, como se puede comprobar al sur de la estancia.
1937-01-01T00:00:00ZLa Dirección General de YPF ha tenido la deferencia de someter a mi estudio 14 muestras con impresiones de plantas, coleccionadas en el mes de noviembre de 1931 por los doctores Enrique Fossa-Mancini y Danilo Ramaccioni en las inmediaciones de Paso Flores, sobre el río Limay, en el Neuquén. El yacimiento de procedencia fue mencionado ya por Wichmann en sutrabajo póstumo, bajo el capítulo: «Patagónico terrestre-Terciario». Su descripción es clara. «El Terciario viejo» —escribe— existe solamente en sufacies terrestre en la región visitada por mí. Las capas más viejas aparecen en los alrededores de la confluencia del Collón-Curá con el Limay y se extienden desde allí aguas arriba por el valle del último río. Se compone de espesos bancos de conglomerados finos y gruesos, de color pardo claro y obscuro, con areniscas (conteniendo árboles petrificados) y esquistos duros, arcillosos, amarillentos, con restos de plantas. En la base hay también areniscas arcósicas e intercalaciones de arenisca fina, micácea, arcillosa. Encontré esta formación, primero en la orilla oriental del CoIlón-Curá cerca del Piñón, donde se observa un pequeño remanente sobre esquistos micáceos alterados, con vetas de pegmatita gráfica microgranosa, tapado por las tobas grises del Collón-Curá. Mayor extensión alcanzan los bancos al sur del arroyo Alaley-Curá y constituyen el terreno comprendido entre la estancia homónima y el Paso Flores, a veces traspasados por basalto. También aquí forma el yaciente un granito alterado, como se puede comprobar al sur de la estancia.La posición sistemática del orden AmmonoideaFossa Mancini, Enriquehttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1440542022-10-18T20:03:41Z1936-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (nueva serie); tomo I, no. 2, sección Paleontología
Si quisiéramos comprobar la influencia de la especialización profesional sobre la orientación mental de dos clases distintas de estudiosos, podríamos preguntar a un geólogo y a un zoólogo:
—¿Qué se entiende por Ammonites?
Con toda probabilidad, el geólogo respondería algo así:
—Los ammonites son conchas fósiles, generalmente simétricas y regularmente arrolladas, siempre multiloculares y provistas de tabiques de forma complicada, que son más a menos abundantes en ciertas formaciones marinas del paleozoico superior y del mesozoico, resultando, por su gran variabilidad, valiosos indicadores estratigráficos.
Y, con toda probabilidad, la contestación del zoólogo sería de este otro tipo:
—Los ammonites eran moluscos de la clase de los cefalópodos caracterizados por la protoconcha globular, la concha externa multilocular, el sifón marginal y las líneas de sutura con lóbulos puntiagudos, odenticulados, o ramificados, que aparecieron a fines del silúrico y se extinguieron a fines del cretácico.
Estas respuestas imaginarias sintetizan lo que efectivamente he oído manifestar por conocidos míos que se han dedicado a la geología y a la zoología (o a la paleozoología), respectivamente, y pintan el estado actual delas cosas: por un lado la mayor parte de los geólogos no se interesan en los animales a que pueden haber pertenecido las conchas que llamamos ammonites, y por otro lado la totalidad de los paleontólogos y de los zoólogos parece tener el firme convencimiento de que aquellos animales no podían ser sino cefalópodos.
1936-01-01T00:00:00ZSi quisiéramos comprobar la influencia de la especialización profesional sobre la orientación mental de dos clases distintas de estudiosos, podríamos preguntar a un geólogo y a un zoólogo:
—¿Qué se entiende por Ammonites?
Con toda probabilidad, el geólogo respondería algo así:
—Los ammonites son conchas fósiles, generalmente simétricas y regularmente arrolladas, siempre multiloculares y provistas de tabiques de forma complicada, que son más a menos abundantes en ciertas formaciones marinas del paleozoico superior y del mesozoico, resultando, por su gran variabilidad, valiosos indicadores estratigráficos.
Y, con toda probabilidad, la contestación del zoólogo sería de este otro tipo:
—Los ammonites eran moluscos de la clase de los cefalópodos caracterizados por la protoconcha globular, la concha externa multilocular, el sifón marginal y las líneas de sutura con lóbulos puntiagudos, odenticulados, o ramificados, que aparecieron a fines del silúrico y se extinguieron a fines del cretácico.
Estas respuestas imaginarias sintetizan lo que efectivamente he oído manifestar por conocidos míos que se han dedicado a la geología y a la zoología (o a la paleozoología), respectivamente, y pintan el estado actual delas cosas: por un lado la mayor parte de los geólogos no se interesan en los animales a que pueden haber pertenecido las conchas que llamamos ammonites, y por otro lado la totalidad de los paleontólogos y de los zoólogos parece tener el firme convencimiento de que aquellos animales no podían ser sino cefalópodos.Diatomeas de caliza de la cuenca de Calama en el desierto de Atacama (Chile)Frenguelli, Joaquínhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/1440532022-10-18T20:03:44Z1936-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata (nueva serie); tomo I, no. 1, sección Paleontología
El ingeniero Sídney H. Loram, de Valparaíso, quien ya tuvo la deferencia de remitirme las muestras de los trípolis del desierto chileno estudiadas por mí en anterior oportunidad, ha querido confiarme también el estudio de las Diatomeas contenidas en la caliza de la cuenca de Calama, en el borde occidental de la Puna atacameña. Junto con las muestras, recogidas personalmente, el ingeniero Loram ha tenido la amabilidad de enviarme también numerosos datos informativos y materiales gráficos, de los cuales entresaco las noticias.
1936-01-01T00:00:00ZEl ingeniero Sídney H. Loram, de Valparaíso, quien ya tuvo la deferencia de remitirme las muestras de los trípolis del desierto chileno estudiadas por mí en anterior oportunidad, ha querido confiarme también el estudio de las Diatomeas contenidas en la caliza de la cuenca de Calama, en el borde occidental de la Puna atacameña. Junto con las muestras, recogidas personalmente, el ingeniero Loram ha tenido la amabilidad de enviarme también numerosos datos informativos y materiales gráficos, de los cuales entresaco las noticias.Status sistemático y antigüedad de Megactenomys Kraglievichi Rusconi, 1930 (Rodentia, Octodontidae)Verzi, Diego HéctorLezcano, Maximilianohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/668312019-11-18T20:03:20Z1996-01-01T00:00:00ZArticulo
Systematic status and age of "Megactenomys" Kraglievich Rusconi. 1930 (Rodentia. Octodontidae)
Revista del Museo de La Plata | Sección Paleontología; tomo 9, no. 60
A new cranial remain ol' a largc Ctcnomyinae from ihe Enscnadan (Earlv-Middle Plcistocene) ofthe Nccochea cliffs betwcen Costa Bonita and Puerto Quequcn (Buenos Aires Province), is describcd. The remain is assigncd to "Megactenomys'’ kraglievichi Rusconi, 1930. The revisión ofthe characters preserved in the holotype. and thc additional information given by the new material, demónstrate that this speeies is related to the extant tuco-tucos, so that it is transferred to the genus Ctenomys.
1996-01-01T00:00:00ZA new cranial remain ol' a largc Ctcnomyinae from ihe Enscnadan (Earlv-Middle Plcistocene) ofthe Nccochea cliffs betwcen Costa Bonita and Puerto Quequcn (Buenos Aires Province), is describcd. The remain is assigncd to "Megactenomys'’ kraglievichi Rusconi, 1930. The revisión ofthe characters preserved in the holotype. and thc additional information given by the new material, demónstrate that this speeies is related to the extant tuco-tucos, so that it is transferred to the genus Ctenomys.Los Sigmodontinos (Mamalia, Rodentia) de la colección Ameghino (Museo Argentino de ciencias Naturales Bernardino Rivadavia) Revisión taxonómicaPardiñas, Ulyses Francisco Joséhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/668292022-09-23T17:47:46Z2000-01-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata; tomo IX, no. 61, sección Paleontología
The systematic siatas of three spocies of the Muridae froin the Quatemary oí the Pampean Región (Argentina), previously menlioned and illusirated by Ameghino( 1889). iselarified Afieranew study of the original rcinains. malcriáis referred lo: (I) Plyxxophurus elefttmx. (2) O.xynmterux ¡mpexux. and (3) Holochilux vulpinas, wcre determinad as 11) Reithradon uti rilas. (2) Grtuwiyx grixenflavux. and (3) Hotnchitus brasitiensis, rcspcctivcly. Other remains attributed hy Ameghino to the species Nécmmys conifer, Habrothrix internas and Calomys binan uluius bul nnt illusirated by him. are studied. All the new determinations proposed Itere are documented by deseriptions. figures, and ineasuremenls. Finally, a synthesis of the taxonomía status of the murid species menlioned or nominated by Ameghino in several works. are given.
2000-01-01T00:00:00ZThe systematic siatas of three spocies of the Muridae froin the Quatemary oí the Pampean Región (Argentina), previously menlioned and illusirated by Ameghino( 1889). iselarified Afieranew study of the original rcinains. malcriáis referred lo: (I) Plyxxophurus elefttmx. (2) O.xynmterux ¡mpexux. and (3) Holochilux vulpinas, wcre determinad as 11) Reithradon uti rilas. (2) Grtuwiyx grixenflavux. and (3) Hotnchitus brasitiensis, rcspcctivcly. Other remains attributed hy Ameghino to the species Nécmmys conifer, Habrothrix internas and Calomys binan uluius bul nnt illusirated by him. are studied. All the new determinations proposed Itere are documented by deseriptions. figures, and ineasuremenls. Finally, a synthesis of the taxonomía status of the murid species menlioned or nominated by Ameghino in several works. are given.Atlantoceratodus a new genus of lungfish from the upper Cretaceous of South America and AfricaCione, Alberto LuisGouiric Cavalli, SoledadGoin, Francisco JavierPoiré, Daniel Gustavohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/668262022-09-23T17:49:46Z2007-06-01T00:00:00ZArticulo
Revista del Museo de La Plata; tomo X, no. 62, sección Paleontología
The only previously known material of “Ceratodus” iheringi Ameghino, 1898 (the hoiotype, a tooth píate) was collected by Carlos Ameghino along with other marine and freshwater fossils in the “Piso Shehuenense” in Pari Aike, Río Shehuen, Southern Patagonia. The material was figured but not described. Fortunately, the hoiotype was preserved in the Museo de La Plata.
The bearing beds are presently included in the Mata Amarilla Formation which is considered Cenomanian-Coniasian in age. Additional lungfish material from the Southern part of Mendoza and Río Negro provinces was erroneously reponed by several authors to this species.In the present contribution, based on about 200 complete and fragmentary tooth plates from the type locality, we describe and diagnose the species “Ceratodus ” iheringi and a new genus, Atlantoceratodus.
The species appears to be only known in the type area. Atlantoceratodus iheringi most closely resembles “Ceratodus " madagascariensis Priem, 1924 from the upper Cretaceous (Campanian) of Madagascar and we suggest that both species pertain to the same genus.
2007-06-01T00:00:00ZThe only previously known material of “Ceratodus” iheringi Ameghino, 1898 (the hoiotype, a tooth píate) was collected by Carlos Ameghino along with other marine and freshwater fossils in the “Piso Shehuenense” in Pari Aike, Río Shehuen, Southern Patagonia. The material was figured but not described. Fortunately, the hoiotype was preserved in the Museo de La Plata.
The bearing beds are presently included in the Mata Amarilla Formation which is considered Cenomanian-Coniasian in age. Additional lungfish material from the Southern part of Mendoza and Río Negro provinces was erroneously reponed by several authors to this species.In the present contribution, based on about 200 complete and fragmentary tooth plates from the type locality, we describe and diagnose the species “Ceratodus ” iheringi and a new genus, Atlantoceratodus.
The species appears to be only known in the type area. Atlantoceratodus iheringi most closely resembles “Ceratodus " madagascariensis Priem, 1924 from the upper Cretaceous (Campanian) of Madagascar and we suggest that both species pertain to the same genus.Protección de costas y pérdida del patrimonio paleontológico: el caso de Punta Hermengo (Miramar, provincia de Buenos Aires)Cenizo, Marcos MartínSoibelzon, EstebanTonni, Eduardo Pedrohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/668242022-09-23T17:51:09Z2011-01-01T00:00:00ZArticulo
Protection of coast and loss of the palaeontological heritage: the case of Punta Hermengo (Miramar, Buenos Aires Province)
Revista del Museo de La Plata; tomo XI, no. 63, sección Paleontología
La propicia conjugación de aspectos tales como la relevancia de sus asociaciones fosilíferas, su facilidad de acceso y la sistemática prospección a través del tiempo permiten considerar a los acantilados marinos de la localidad de Punta Hermengo (Miramar) como una de las localidades paleontológicas más emblemáticas de la provincia de Buenos Aires. La primera referencia vinculada a la geología y la paleontología de estas exposiciones fue comunicada por Florentino Ameghino a principios del siglo XX. Desde entonces, numerosos investigadores han realizado contribuciones al respecto profundizando en el conocimiento del área. Sin embargo, una reciente campaña de prospección geopaleontológica (año 2007) permitió advertir que la sucesión estratigráfica expuesta en dichos acantilados se encontraba cubierta por bloques de cuarcita en más del 70% de su longitud total, desde el nivel de playa hasta el techo del acantilado. De esta manera, más de cien años de muestreo sistemático han sido truncados por las necesidades de crecimiento urbano y, nuevamente, una inapropiada decisión sobre políticas urbanas aparece como incompatible con la preservación del patrimonio natural y cultural. La frecuencia y el impacto de estas y otras alteraciones obligan a sugerir la inmediata implementación de recursos legales y administrativos que garanticen la preservación del importante legado patrimonial local. En este sentido, la evaluación de los aspectos geo-paleontológicos, geográficos, ecológicos y legales, que caracterizan el sector litoral comprendido entre las localidades de Mar del Sur y Centinela del Mar, llevan a considerar la necesidad de declarar dicho sector como un área de protección en la costa del partido de General Alvarado, que contribuya a la preservación del Patrimonio Paleontológico de la provincia de Buenos Aires.; The aim of the present paper is to report the loss of the cultural and natural heritage of one of the most emblematic paleontological localities of Buenos Aires Province (Argentina). Buenos Aires have a large number of paleontological sites from the upper Cenozoic, which have been studied from more than a century. In this sense, the first geological and paleontological reference to Punta Hermengo was performed by Florentino Ameghino at the beginning of XXth century. The coastal cliffs extending (with some interruptions) from northern Mar del Plata to Bahía Blanca city (southeast of Buenos Aires Province) are particularly interesting, because they are the most complete record of the Pliocene-Pleistocene period. Among these, the cliffs at Punta Hermengo (Partido de General Alvarado) are outstanding. The geological, paleontological, and biostratigraphic aspects of this area have been studied in several scientific contributions. At present, several research projects are being conducted in the area of the littoral cliffs between Mar del Plata city and Quequén River, including those corresponding to the area of Punta Hermengo. The works will allow completing and testing the present chronostratigraphic scheme for the Pampean Region.
2011-01-01T00:00:00ZLa propicia conjugación de aspectos tales como la relevancia de sus asociaciones fosilíferas, su facilidad de acceso y la sistemática prospección a través del tiempo permiten considerar a los acantilados marinos de la localidad de Punta Hermengo (Miramar) como una de las localidades paleontológicas más emblemáticas de la provincia de Buenos Aires. La primera referencia vinculada a la geología y la paleontología de estas exposiciones fue comunicada por Florentino Ameghino a principios del siglo XX. Desde entonces, numerosos investigadores han realizado contribuciones al respecto profundizando en el conocimiento del área. Sin embargo, una reciente campaña de prospección geopaleontológica (año 2007) permitió advertir que la sucesión estratigráfica expuesta en dichos acantilados se encontraba cubierta por bloques de cuarcita en más del 70% de su longitud total, desde el nivel de playa hasta el techo del acantilado. De esta manera, más de cien años de muestreo sistemático han sido truncados por las necesidades de crecimiento urbano y, nuevamente, una inapropiada decisión sobre políticas urbanas aparece como incompatible con la preservación del patrimonio natural y cultural. La frecuencia y el impacto de estas y otras alteraciones obligan a sugerir la inmediata implementación de recursos legales y administrativos que garanticen la preservación del importante legado patrimonial local. En este sentido, la evaluación de los aspectos geo-paleontológicos, geográficos, ecológicos y legales, que caracterizan el sector litoral comprendido entre las localidades de Mar del Sur y Centinela del Mar, llevan a considerar la necesidad de declarar dicho sector como un área de protección en la costa del partido de General Alvarado, que contribuya a la preservación del Patrimonio Paleontológico de la provincia de Buenos Aires.
The aim of the present paper is to report the loss of the cultural and natural heritage of one of the most emblematic paleontological localities of Buenos Aires Province (Argentina). Buenos Aires have a large number of paleontological sites from the upper Cenozoic, which have been studied from more than a century. In this sense, the first geological and paleontological reference to Punta Hermengo was performed by Florentino Ameghino at the beginning of XXth century. The coastal cliffs extending (with some interruptions) from northern Mar del Plata to Bahía Blanca city (southeast of Buenos Aires Province) are particularly interesting, because they are the most complete record of the Pliocene-Pleistocene period. Among these, the cliffs at Punta Hermengo (Partido de General Alvarado) are outstanding. The geological, paleontological, and biostratigraphic aspects of this area have been studied in several scientific contributions. At present, several research projects are being conducted in the area of the littoral cliffs between Mar del Plata city and Quequén River, including those corresponding to the area of Punta Hermengo. The works will allow completing and testing the present chronostratigraphic scheme for the Pampean Region.