Número 05http://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921132024-03-19T01:32:25Z2024-03-19T01:32:25ZRevista de la Universidad | Número 5Universidad Nacional de La Platahttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921572020-03-27T20:04:21Z1958-09-01T00:00:00ZEdicion de revista
Revista de la Universidad; no. 05
- La pintura moderna argentina (continuación) | Romualdo Brughetti
- Corrientes de la literatura dramática contemporánea | Omar del Carlo
- El origen de la atmósfera y la hidrosfera | Mario E. Teruggi
- La realidad argentina y el análisis sociológico a comienzos del siglo | José Luis Romero
- Esquema sobre el escenario circular | Jorge de Obieta
- La educación física dentro de las humanidades | Andrés J. Amavet
- La automatización, esencia de la electrónica | Felipe F. Freyre
- Popol Vuh (Visita al país de los mayas) | Hernán San Martín
- Autoabastecimiento de petróleo (continuación) | Julio V. Canessa
<i>Testimonios</i>
- Música y técnica serial | Francisco Kröpfl
- Unamuno en la Argentina | R. Rodríguez Molas
- Alejandro Korn, mi padre | Inés Korn
- Viaje a la isla de Pascua | Inés Gómez M.
- Carta de un becario desde Yugoeslavia | Julio A. Mazza
<i>Revista de libros</i>
- Reseñas por: Lili E. Cháves de Azcona, Nélida Etcheverry, Noel H. Sbarra, Segundo A. Tri y Nejama Lápidus.
<i>Crónica</i>
- De un viaje de estudio por universidades y clínicas de Europa | Federico E. Christmann:
<i>Vida de la Universidad</i>
- Posición de la Universidad en el conflicto sobre enseñanza libre y universidades privadas
<i>Ilustraciones</i>
- Xilografías impresas con tacos originales por Femando López Anaya, Miguel A. Elgarte y Francisco de Santo.
Material digitalizado en SEDICI gracias a la colaboración del Ateneo Popular "Alejandro Korn".
1958-09-01T00:00:00Z- La pintura moderna argentina (continuación) | Romualdo Brughetti
- Corrientes de la literatura dramática contemporánea | Omar del Carlo
- El origen de la atmósfera y la hidrosfera | Mario E. Teruggi
- La realidad argentina y el análisis sociológico a comienzos del siglo | José Luis Romero
- Esquema sobre el escenario circular | Jorge de Obieta
- La educación física dentro de las humanidades | Andrés J. Amavet
- La automatización, esencia de la electrónica | Felipe F. Freyre
- Popol Vuh (Visita al país de los mayas) | Hernán San Martín
- Autoabastecimiento de petróleo (continuación) | Julio V. Canessa
<i>Testimonios</i>
- Música y técnica serial | Francisco Kröpfl
- Unamuno en la Argentina | R. Rodríguez Molas
- Alejandro Korn, mi padre | Inés Korn
- Viaje a la isla de Pascua | Inés Gómez M.
- Carta de un becario desde Yugoeslavia | Julio A. Mazza
<i>Revista de libros</i>
- Reseñas por: Lili E. Cháves de Azcona, Nélida Etcheverry, Noel H. Sbarra, Segundo A. Tri y Nejama Lápidus.
<i>Crónica</i>
- De un viaje de estudio por universidades y clínicas de Europa | Federico E. Christmann:
<i>Vida de la Universidad</i>
- Posición de la Universidad en el conflicto sobre enseñanza libre y universidades privadas
<i>Ilustraciones</i>
- Xilografías impresas con tacos originales por Femando López Anaya, Miguel A. Elgarte y Francisco de Santo.De un viaje de estudio por universidades y clínicas de EuropaChristmann, Federico Nicoláshttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921502020-03-27T20:04:23Z1958-09-01T00:00:00ZContribucion a revista
Revista de la Universidad; no. 05
El Dr. Federico E. Christmann es profesor titular de clínica quirúrgica en la Universidad Nacional de La Plata. La presente crónica constituye el informe presentado a la Facultad de Medicina de regreso de un reciente viaje de estudios.
1958-09-01T00:00:00ZEl Dr. Federico E. Christmann es profesor titular de clínica quirúrgica en la Universidad Nacional de La Plata. La presente crónica constituye el informe presentado a la Facultad de Medicina de regreso de un reciente viaje de estudios.Revista de librosChaves de Azcona, Lilia EstherEtcheverry, NélidaSbarra, Noel HumbertoTri, Segundo A.Lapidus de Sager, Nejamahttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921492022-05-13T16:39:31Z1958-09-01T00:00:00ZRevision
Revista de la Universidad; no. 5
Se reseñan los siguientes libros:
* Osvaldo F. A. Menghin: <i>Origen y desarrollo racial de la especie humana</i>. Editorial Nova; sección “Compendios de iniciación cultural”, Buenos Aires, 1958. Vol. rústica, 99 págs., incluso selección bibliográfica y 10 láminas fuera de texto (reproducción en blanco y negro).
* Lorenzo Luzuriaga: <i>La Institución Libre de Enseñanza</i>. Edición del Departamento editorial de la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 1957, 228 páginas.
* Luis Reissig: <i>La era tecnológica y la educación</i>. Editorial Losada, Buenos Aires, 1958, Vol. rústica, 98 páginas.
* Emilio Farré: <i>Cincuenta años de filosofía en Argentina</i>. Editorial Peüser, Buenos Aires, 1958. Vol. encuadernado, 362 páginas.
* Paul Westheim: <i>Ideas fundamentales del arte prehispánico en México</i>. Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1957. Volumen encuadernado e ilustrado, 285 páginas.
1958-09-01T00:00:00ZSe reseñan los siguientes libros:
* Osvaldo F. A. Menghin: <i>Origen y desarrollo racial de la especie humana</i>. Editorial Nova; sección “Compendios de iniciación cultural”, Buenos Aires, 1958. Vol. rústica, 99 págs., incluso selección bibliográfica y 10 láminas fuera de texto (reproducción en blanco y negro).
* Lorenzo Luzuriaga: <i>La Institución Libre de Enseñanza</i>. Edición del Departamento editorial de la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 1957, 228 páginas.
* Luis Reissig: <i>La era tecnológica y la educación</i>. Editorial Losada, Buenos Aires, 1958, Vol. rústica, 98 páginas.
* Emilio Farré: <i>Cincuenta años de filosofía en Argentina</i>. Editorial Peüser, Buenos Aires, 1958. Vol. encuadernado, 362 páginas.
* Paul Westheim: <i>Ideas fundamentales del arte prehispánico en México</i>. Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1957. Volumen encuadernado e ilustrado, 285 páginas.Desde Yugoslavia: Carta de becariosMazza, Julio A.http://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921462022-06-16T21:40:11Z1958-09-01T00:00:00ZContribucion a revista
Revista de la Universidad; no. 05
Cuando en el aeródromo de Orly (París), subí al avión que había de transportarme a Belgrado, me embargaba una sensación de rara curiosidad. Integrante de una delegación de becarios del Centro Internacional de la Infancia, con sede en París, nos dirigíamos a Yugoeslavia donde se desarrollaría parte del curso de pediatría social organizado por aquella institución, que congrebaba representantes de 24 países.
1958-09-01T00:00:00ZCuando en el aeródromo de Orly (París), subí al avión que había de transportarme a Belgrado, me embargaba una sensación de rara curiosidad. Integrante de una delegación de becarios del Centro Internacional de la Infancia, con sede en París, nos dirigíamos a Yugoeslavia donde se desarrollaría parte del curso de pediatría social organizado por aquella institución, que congrebaba representantes de 24 países.Viaje a la Isla de PascuaGómez Monreal, Inéshttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921452020-03-27T20:04:30Z1958-09-01T00:00:00ZContribucion a revista
Revista de la Universidad; no. 05
Inés Gómez Monreal nació en Santiago de Chile. Bachiller en filosofía y letras. Ayudante de la sección arqueología y etnología del Museo de Historia Natural de Santiago. Actuó como secretaria de la expedición arqueológica noruega a la Isla de Pascua, dirigida por el Dr. Heyerdahl.
Este artículo es una crónica de su viaje a la Isla de Pascua.
1958-09-01T00:00:00ZInés Gómez Monreal nació en Santiago de Chile. Bachiller en filosofía y letras. Ayudante de la sección arqueología y etnología del Museo de Historia Natural de Santiago. Actuó como secretaria de la expedición arqueológica noruega a la Isla de Pascua, dirigida por el Dr. Heyerdahl.
Este artículo es una crónica de su viaje a la Isla de Pascua.Alejandro Korn, mi padreKorn, Inéshttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921442020-03-27T20:04:32Z1958-09-01T00:00:00ZContribucion a revista
Revista de la Universidad; no. 05
Inés Korn esla quinta de nueve hijos (tres varones y seis mujeres) —de los que en la actualidad viven tres— del filósofo Dr. Alejandro Korn (1860-1936). Es este el primer artículo que escribe sobre su padre.
1958-09-01T00:00:00ZInés Korn esla quinta de nueve hijos (tres varones y seis mujeres) —de los que en la actualidad viven tres— del filósofo Dr. Alejandro Korn (1860-1936). Es este el primer artículo que escribe sobre su padre.Unamuno en la ArgentinaRodríguez Molas, Ricardohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921412021-11-26T18:21:48Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 5
Con Miguel de Unamuno conoció la literatura argentina y supo de las inquietudes de la juventud rioplatense. Sus crónicas y prólogos —nos referimos en especial a sus trabajos en La Lectura de Madrid y en el diario La Nación de Buenos Aires— nos demuestran el interés por los temas allende el océano, a miles de kilómetros del Rectorado de la Universidad de Salamanca. A ella llegaban los viajeros de América con el mensaje de países que habían nacido bajo el signo de la libertad y que el Maestro comprendía mejor que nadie en aquella tierra
1958-09-01T00:00:00ZCon Miguel de Unamuno conoció la literatura argentina y supo de las inquietudes de la juventud rioplatense. Sus crónicas y prólogos —nos referimos en especial a sus trabajos en La Lectura de Madrid y en el diario La Nación de Buenos Aires— nos demuestran el interés por los temas allende el océano, a miles de kilómetros del Rectorado de la Universidad de Salamanca. A ella llegaban los viajeros de América con el mensaje de países que habían nacido bajo el signo de la libertad y que el Maestro comprendía mejor que nadie en aquella tierraMúsica y técnica serialKröpft, Franciscohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921392022-02-24T13:36:03Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 5
A lo largo de la evolución musical podemos comprobar la paulatina ampliación perceptiva del compositor. Su reconocimiento de la compleja realidad de la materia sonora y el consiguiente desarrollo de su capacidad diferenciativa y asociativa lo lleva a realizar organismos sonoros en los que las funciones básicas de balance, polaridad, uniformidad, contraste, se cumplen de modo cada vez más diverso y sintético. Los datos perceptivos legados de generación en generación — datos recogidos en el contacto con la materia sonora— abren continuamente nuevas perspectivas a la invención musical y cada nueva imagen sonora plantea la necesidad de procedimientos de realización propios.
El sonido, en sus relaciones de altura cumplió con las necesidades musicales de varios siglos. El proceso temporal, el ordenamiento rítmico de esas alturas de sonido, tuvo por momentos (especialmente durante el siglo XIV) una ampliación efectiva en la acción musical. Las otras características, intensidad y timbre, fueron adquiriendo importancia y esporádicamente se hicieron sentir en la definición de la forma.
1958-09-01T00:00:00ZA lo largo de la evolución musical podemos comprobar la paulatina ampliación perceptiva del compositor. Su reconocimiento de la compleja realidad de la materia sonora y el consiguiente desarrollo de su capacidad diferenciativa y asociativa lo lleva a realizar organismos sonoros en los que las funciones básicas de balance, polaridad, uniformidad, contraste, se cumplen de modo cada vez más diverso y sintético. Los datos perceptivos legados de generación en generación — datos recogidos en el contacto con la materia sonora— abren continuamente nuevas perspectivas a la invención musical y cada nueva imagen sonora plantea la necesidad de procedimientos de realización propios.
El sonido, en sus relaciones de altura cumplió con las necesidades musicales de varios siglos. El proceso temporal, el ordenamiento rítmico de esas alturas de sonido, tuvo por momentos (especialmente durante el siglo XIV) una ampliación efectiva en la acción musical. Las otras características, intensidad y timbre, fueron adquiriendo importancia y esporádicamente se hicieron sentir en la definición de la forma.Autoabastecimiento de petróleo y combustibles líquidos (continuación)Canessa, Julio V.http://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921372020-03-28T04:02:35Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 05
La primera parte de este articulo fué publicada en el N° 4 correspondiente al trimestre abril- junio. En ella el autor —actual administrador general de Gas del Estado— analiza la situación de la industria petrolera en el país y pondera la situación en materia de combustibles líquidos que se extraen del petróleo. Ahora aborda un tercer aspecto: el autoabastecimiento. Constituido el gobernó constitucional el 1° de mayo, se han producido en la política petrolera importantes hechos que pueden resumirse así: a) Firma de convenios con compañías de distinto origen para perforación de pozos y extracción de petróleo; b) Ley de nacionalización de hidrocarburos sólidos líquidos y gaseosos; c) llamado a licitación privada para la perforación de 4.500 pozos en seis años, con lo que se incrementaría la producción en 9 millones de m3, independientemente de los programas de trabajo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales y las compañías particulares citadas en a).
1958-09-01T00:00:00ZLa primera parte de este articulo fué publicada en el N° 4 correspondiente al trimestre abril- junio. En ella el autor —actual administrador general de Gas del Estado— analiza la situación de la industria petrolera en el país y pondera la situación en materia de combustibles líquidos que se extraen del petróleo. Ahora aborda un tercer aspecto: el autoabastecimiento. Constituido el gobernó constitucional el 1° de mayo, se han producido en la política petrolera importantes hechos que pueden resumirse así: a) Firma de convenios con compañías de distinto origen para perforación de pozos y extracción de petróleo; b) Ley de nacionalización de hidrocarburos sólidos líquidos y gaseosos; c) llamado a licitación privada para la perforación de 4.500 pozos en seis años, con lo que se incrementaría la producción en 9 millones de m3, independientemente de los programas de trabajo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales y las compañías particulares citadas en a).Popol Vuh: visita al país de los MayasSan Martín, Hernánhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921352022-03-11T19:07:35Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 5
Cuando se recorre América buscando los vestigios de las antiguas culturas nativas, de aquellas que florecieron siglos antes de que Colón llegara, uno se asombra de la extraordinaria cantidad de sitios arqueológicos y de su alta calidad artística. México, por ejemplo, posee más centros arqueológicos qué lugares habitados y muchos de ellos pueden compararse ventajosamente con los que hemos visitado en Europa, África, Asia y Oceanía. Además, lo americano es tan diferente a todo lo que hemos visto en otros lugares de la Tierra, que uno se siente tentado a sostener el origen autóctono de estas culturas.
De México hasta Bolivia, existe un mundo arqueológico maravilloso que cuando se le descubre no puede menos de sentirse una gran admiración por los hombres neolíticos, antepasados nuestros, que tuvieron la sensibilidad para desarrollar arte y cultura tan avanzados como lo hicieron los mayas, los toltecas, los aztecas, los zapotecas, los tiahuanaqueños, los hombres de Nazca y Mochica, los incas. De todos estos pueblos pre-colombianos, los maya-quichés de Guatemala y los mayas de Yucatán son los que nos han dejado el más rico legado cultural y artístico. El Popol Vuh, que es una especie de libro nacional de los quichés, es, en su ruda y extraña poética, la más interesante y antigua reliquia del pensamiento y de la literatura americana aborigen. Corresponde a una vasta concepción mitológica e histórica que va desde el origen del mundo y la creación del hombre, hasta las hazañas de los héroes míticos del pueblo quichué, donde encontramos la mágica participación de los animales en el destino de los hombres, tal como sucede en el Ramayana del hinduísmo, o bien la intervención de los dioses en las contiendas humanas, a la manera de la Ilíada. Junto al Popol Vuh, los mayas nos dejaron el Libro de los Libros de Chilám Balám que relata la historia del pueblo maya en Yucatán, su saber y su desarrollo cultural.
Todo este mundo arqueológico maravilloso que empezamos a visitar en México y Guatemala, ¿cómo se formó? ¿Quiénes fueron los hombres que lo formaron y de dónde vinieron?.
1958-09-01T00:00:00ZCuando se recorre América buscando los vestigios de las antiguas culturas nativas, de aquellas que florecieron siglos antes de que Colón llegara, uno se asombra de la extraordinaria cantidad de sitios arqueológicos y de su alta calidad artística. México, por ejemplo, posee más centros arqueológicos qué lugares habitados y muchos de ellos pueden compararse ventajosamente con los que hemos visitado en Europa, África, Asia y Oceanía. Además, lo americano es tan diferente a todo lo que hemos visto en otros lugares de la Tierra, que uno se siente tentado a sostener el origen autóctono de estas culturas.
De México hasta Bolivia, existe un mundo arqueológico maravilloso que cuando se le descubre no puede menos de sentirse una gran admiración por los hombres neolíticos, antepasados nuestros, que tuvieron la sensibilidad para desarrollar arte y cultura tan avanzados como lo hicieron los mayas, los toltecas, los aztecas, los zapotecas, los tiahuanaqueños, los hombres de Nazca y Mochica, los incas. De todos estos pueblos pre-colombianos, los maya-quichés de Guatemala y los mayas de Yucatán son los que nos han dejado el más rico legado cultural y artístico. El Popol Vuh, que es una especie de libro nacional de los quichés, es, en su ruda y extraña poética, la más interesante y antigua reliquia del pensamiento y de la literatura americana aborigen. Corresponde a una vasta concepción mitológica e histórica que va desde el origen del mundo y la creación del hombre, hasta las hazañas de los héroes míticos del pueblo quichué, donde encontramos la mágica participación de los animales en el destino de los hombres, tal como sucede en el Ramayana del hinduísmo, o bien la intervención de los dioses en las contiendas humanas, a la manera de la Ilíada. Junto al Popol Vuh, los mayas nos dejaron el Libro de los Libros de Chilám Balám que relata la historia del pueblo maya en Yucatán, su saber y su desarrollo cultural.
Todo este mundo arqueológico maravilloso que empezamos a visitar en México y Guatemala, ¿cómo se formó? ¿Quiénes fueron los hombres que lo formaron y de dónde vinieron?.La automatización, esencia de la electrónicaFreyre, Felipe F.http://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921342020-03-28T04:02:40Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 05
En estos últimos años, con el prodigioso desarrollo de la automatización en la industria, estamos asistiendo a una revolución de proyecciones extraordinarias. Cabe destacar que, no obstante las muchas formulaciones filosóficas desconcertantes y faltas de fe, que partiendo de la simplicidad de que el hombre se equivoca y la máquina no, pretenden atribuir a ésta mayor perfectividad, será siempre el ser humano, creador y dominador de la nueva técnica, quien en definitiva se beneficiará de su aplicación. Dicha revolucionaria tendencia hacia la automatización integral caracteriza la realización de las más diversas operaciones que hoy se plantean en el plano de las relaciones sociales, como así también la serie de procesos que permiten ejecutar piezas mecánicas y elementos varios automáticamente. Es evidente que este nuevo desarrollo tecnológico constituye un paso decisivo en la continua y progresiva acción civilizadora del hombre. Sus orígenes entroncan así con su inacabable lucha para lograr, cada vez con mayor perfección, la mecanización del trabajo. En esta perspectiva la automatización representa entonces una nueva y distinta fase del progreso industrial, continuación y superación de procesos anteriores menos ambiciosos.
En realidad, las etapas precedentes de mecanización perseguían fundamentalmente la sustitución de los procesos manuales por dispositivos mecánicos adecuados. En estos últimos años sin embargo, y más precisamente en estas dos últimas décadas la automatización, ayudada por el prodigioso desarrollo de la electrónica, ha superado los viejos esquemas con que se proyectaban las máquinas convencionales, es decir, el de ahorrar trabajo muscular humano para avanzar decididamente en el camino de reemplazar incluso ciertos procesos mentales del hombre, ahorrando, como consecuencia, esfuerzo cerebral.
1958-09-01T00:00:00ZEn estos últimos años, con el prodigioso desarrollo de la automatización en la industria, estamos asistiendo a una revolución de proyecciones extraordinarias. Cabe destacar que, no obstante las muchas formulaciones filosóficas desconcertantes y faltas de fe, que partiendo de la simplicidad de que el hombre se equivoca y la máquina no, pretenden atribuir a ésta mayor perfectividad, será siempre el ser humano, creador y dominador de la nueva técnica, quien en definitiva se beneficiará de su aplicación. Dicha revolucionaria tendencia hacia la automatización integral caracteriza la realización de las más diversas operaciones que hoy se plantean en el plano de las relaciones sociales, como así también la serie de procesos que permiten ejecutar piezas mecánicas y elementos varios automáticamente. Es evidente que este nuevo desarrollo tecnológico constituye un paso decisivo en la continua y progresiva acción civilizadora del hombre. Sus orígenes entroncan así con su inacabable lucha para lograr, cada vez con mayor perfección, la mecanización del trabajo. En esta perspectiva la automatización representa entonces una nueva y distinta fase del progreso industrial, continuación y superación de procesos anteriores menos ambiciosos.
En realidad, las etapas precedentes de mecanización perseguían fundamentalmente la sustitución de los procesos manuales por dispositivos mecánicos adecuados. En estos últimos años sin embargo, y más precisamente en estas dos últimas décadas la automatización, ayudada por el prodigioso desarrollo de la electrónica, ha superado los viejos esquemas con que se proyectaban las máquinas convencionales, es decir, el de ahorrar trabajo muscular humano para avanzar decididamente en el camino de reemplazar incluso ciertos procesos mentales del hombre, ahorrando, como consecuencia, esfuerzo cerebral.La educación física dentro de las humanidadesAmavet, Alejandro J.http://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921332020-03-28T04:02:43Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 05
La Educación Física, como palabra y significación, ofrece perspectivas poco claras para ser conceptuada en el mismo nivel de las necesidades que envuelven por doquier tanto al hombre contemporáneo como a su sociedad. Peor todavía se presentan estas perspectivas desde el punto de vista de “sus realidades”, en las que lo presuntuoso aparece unido con lo inoperante y hasta con lo vulgar, impidiendo así formular verdaderos juicios de valor acerca de sus alcances como disciplina educativa. Y sin embargo, en una reflexión que pospusiera lo que a primera vista objetiviza y en sentido estricto parece abarcar, su estimación como necesidad tiende a sobrepasar aquello que corrientemente se estima como tal. Bástenos apreciar que desde que el hombre nace ya está sujeto a la necesidad (y que ésta se acrecienta en la medida de su so- ciabilización) para entender también que es obvia la presencia viva del ente que la experimenta. En un sentido desde el cual ya se ha hablado, tal ente se halla implícito en la naturaleza humana, la que según la exégesis de Jaeger en “Paideia” es una “doble estructura corporal y espiritual” El cuerpo (soma) humano vivo no admite hoy el dualismo con el alma psyche) primordial, puesto que lo contrario haría inadmisible toda idea de educación. Por separado puede estudiarse el cuerpo» como también el alma; más quién estudia a ambos lo hace con su conjunto indisolublemente integrado. Y éste es el sujeto real de la educación, en la medida en que los otros constituyen meros objetos para el estudio.
1958-09-01T00:00:00ZLa Educación Física, como palabra y significación, ofrece perspectivas poco claras para ser conceptuada en el mismo nivel de las necesidades que envuelven por doquier tanto al hombre contemporáneo como a su sociedad. Peor todavía se presentan estas perspectivas desde el punto de vista de “sus realidades”, en las que lo presuntuoso aparece unido con lo inoperante y hasta con lo vulgar, impidiendo así formular verdaderos juicios de valor acerca de sus alcances como disciplina educativa. Y sin embargo, en una reflexión que pospusiera lo que a primera vista objetiviza y en sentido estricto parece abarcar, su estimación como necesidad tiende a sobrepasar aquello que corrientemente se estima como tal. Bástenos apreciar que desde que el hombre nace ya está sujeto a la necesidad (y que ésta se acrecienta en la medida de su so- ciabilización) para entender también que es obvia la presencia viva del ente que la experimenta. En un sentido desde el cual ya se ha hablado, tal ente se halla implícito en la naturaleza humana, la que según la exégesis de Jaeger en “Paideia” es una “doble estructura corporal y espiritual” El cuerpo (soma) humano vivo no admite hoy el dualismo con el alma psyche) primordial, puesto que lo contrario haría inadmisible toda idea de educación. Por separado puede estudiarse el cuerpo» como también el alma; más quién estudia a ambos lo hace con su conjunto indisolublemente integrado. Y éste es el sujeto real de la educación, en la medida en que los otros constituyen meros objetos para el estudio.Esquema sobre el escenario circularObieta, Jorge dehttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921312020-03-28T04:02:45Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 05
Se reaviva actualmente una averiguación teatral iniciada hace ya algunos años: el teatro circular, es decir, el teatro cuyo escenario se halla en medio de un auditorio que forma un círculo completo a su alrededor. Tal manera sé está practicando activamente en Estados Unidos, donde la experiencia ha trascendido su primera fase desde que varios recintos han sido destinados y acondicionados conforme a las exigencias de este tipo de teatro.
1958-09-01T00:00:00ZSe reaviva actualmente una averiguación teatral iniciada hace ya algunos años: el teatro circular, es decir, el teatro cuyo escenario se halla en medio de un auditorio que forma un círculo completo a su alrededor. Tal manera sé está practicando activamente en Estados Unidos, donde la experiencia ha trascendido su primera fase desde que varios recintos han sido destinados y acondicionados conforme a las exigencias de este tipo de teatro.La realidad argentina y el análisis sociológico a comienzos del sigloRomero, José Luishttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921302020-03-28T04:02:47Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 05
El aspecto heteróclito y los rasgos confusos y contradictorios que presentaba la realidad social argentina al finalizar el siglo XIX, atrajeron la atención de los espíritus inquietos y reflexivos hacia los problemas sociológicos. Acaso pueda llegar a decirse que el sociologismo orientó las preocupaciones intelectuales de este período —como, por lo demás ocurría en Europa—, fijando alrededor de su problemática las más profundas y vivientes preocupaciones. A diferencia de los hombres de la generación del 80, ahora los grupos a los que atraía el trabajo científico acusaban cierta displicencia con respecto a la política. Pero en la medida en que abandonaban la acción —por la que no ocultaban cierto desdén— los grupos intelectuales satisfacían su necesidad de militancia en una critica insobornable de la actividad política concreta y en un esfuerzo por indagar las fuerzas secretas que la movían y le presentaban sus rasgos peculiares. El sociologismo fue, así, un sustitutivo de la acción, algo así como una política crítica y ejercitada desde cierta distancia, pero cuya intención distaba mucho de proyectarse hacia la utopía y movía más bien los ánimos hacia una comprensión de las realidades profundas, en cuya entraña debía obrarse si se aspiraba a actuar sobre las relaciones de convivencia.
1958-09-01T00:00:00ZEl aspecto heteróclito y los rasgos confusos y contradictorios que presentaba la realidad social argentina al finalizar el siglo XIX, atrajeron la atención de los espíritus inquietos y reflexivos hacia los problemas sociológicos. Acaso pueda llegar a decirse que el sociologismo orientó las preocupaciones intelectuales de este período —como, por lo demás ocurría en Europa—, fijando alrededor de su problemática las más profundas y vivientes preocupaciones. A diferencia de los hombres de la generación del 80, ahora los grupos a los que atraía el trabajo científico acusaban cierta displicencia con respecto a la política. Pero en la medida en que abandonaban la acción —por la que no ocultaban cierto desdén— los grupos intelectuales satisfacían su necesidad de militancia en una critica insobornable de la actividad política concreta y en un esfuerzo por indagar las fuerzas secretas que la movían y le presentaban sus rasgos peculiares. El sociologismo fue, así, un sustitutivo de la acción, algo así como una política crítica y ejercitada desde cierta distancia, pero cuya intención distaba mucho de proyectarse hacia la utopía y movía más bien los ánimos hacia una comprensión de las realidades profundas, en cuya entraña debía obrarse si se aspiraba a actuar sobre las relaciones de convivencia.El origen de la atmósfera y la hidrosferaTeruggi, Mario Egidiohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921242020-03-28T04:02:49Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 05
Con el objeto de ilustrar sobre la nueva teoría, pasaremos a considerar primero las hipótesis principales sobre la constitución química de la atmósfera primitiva, y luego analizaremos las bases de las nuevas ideas.
1958-09-01T00:00:00ZCon el objeto de ilustrar sobre la nueva teoría, pasaremos a considerar primero las hipótesis principales sobre la constitución química de la atmósfera primitiva, y luego analizaremos las bases de las nuevas ideas.Corrientes de la literatura dramática contemporáneaDel Carlo, Omarhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921232020-03-28T04:02:52Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 05
EL testigo más explícito y más fiel del mundo actual, donde el hombre se revuelve ante el caos de los antiguos enigmas al mismo tiempo que pretende enfrentarse conscientemente con el mundo que asoma tras un inquetante porvenir, es el teatro de nuestros días. Su valor fundamental, la capacidad de indagación.
Esta dignidad recuperada, esta reasunción de lo puramente trascendente, que el teatro había ido perdiendo a través de los siglos, al punto que en las últimas centurias su preocupación más evidente era la de divertir al público antes que su valor didáctico, ha sido posible ante el advenimiento de un arte de origen mecánico como el cinematógrafo, capaz de atraer a su área de influencia a la mayor parte de las muchedumbres que antes buscaban en el teatro una forma de liberarse de lo estrictamente cotidiano.
La antinomia entre el cine y el teatro es un malentendido hace mucho tiempo superado, pero que, sin embargo, es necesario replantear en todo momento, porque sólo de esta manera quedarán limitados satisfactoriamente los contornos de cada una de estas dos formas de espectáculos de naturaleza esencialmente diversa, aunque a simple vista parezcan conjugables en la idea de “representación” Mientras el cinematógrafo se expresa por medio de la imagen superada por el movimiento, el teatro recurre a la palabra como la forma esencial de su expresión De tal manera ambas formas de espectáculo se dirigen a zonas diversas de la conciencia, actuando sobre ellas individualmente, o de manera colectiva en el peligroso conglomerado que constituye el público, valiéndose de sus características esenciales.
1958-09-01T00:00:00ZEL testigo más explícito y más fiel del mundo actual, donde el hombre se revuelve ante el caos de los antiguos enigmas al mismo tiempo que pretende enfrentarse conscientemente con el mundo que asoma tras un inquetante porvenir, es el teatro de nuestros días. Su valor fundamental, la capacidad de indagación.
Esta dignidad recuperada, esta reasunción de lo puramente trascendente, que el teatro había ido perdiendo a través de los siglos, al punto que en las últimas centurias su preocupación más evidente era la de divertir al público antes que su valor didáctico, ha sido posible ante el advenimiento de un arte de origen mecánico como el cinematógrafo, capaz de atraer a su área de influencia a la mayor parte de las muchedumbres que antes buscaban en el teatro una forma de liberarse de lo estrictamente cotidiano.
La antinomia entre el cine y el teatro es un malentendido hace mucho tiempo superado, pero que, sin embargo, es necesario replantear en todo momento, porque sólo de esta manera quedarán limitados satisfactoriamente los contornos de cada una de estas dos formas de espectáculos de naturaleza esencialmente diversa, aunque a simple vista parezcan conjugables en la idea de “representación” Mientras el cinematógrafo se expresa por medio de la imagen superada por el movimiento, el teatro recurre a la palabra como la forma esencial de su expresión De tal manera ambas formas de espectáculo se dirigen a zonas diversas de la conciencia, actuando sobre ellas individualmente, o de manera colectiva en el peligroso conglomerado que constituye el público, valiéndose de sus características esenciales.La pintura argentina moderna: personalidades y valores (continuación)Brughetti, Romualdohttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921212021-11-04T15:10:44Z1958-09-01T00:00:00ZArticulo
Revista de la Universidad; no. 5
El autor analiza en la primera parte de este articulo las cuatro etapas que, a su ver, configuran la expresión pictórica moderna argentina. 1) afirmación del impresionismo (F. Brughetti, Malharro, Fader, etc.) y proyección post-impresionista, que se prolonga hasta 1920. 2) En la década siguiente, Gómez Cornet, de regreso de Europa (1921), expone cuadros de influencia cubista y futurista, tendencias en cuyo favor —y ordenándolas con rasgos propios— Pettoruti da la batalla definitiva en 1924. 3) En 1930 se inicia un tercer periodo que aún no ha concluido: movimiento nacional que afirmándose sobre la base de la síntesis contemporánea, tiende a fijar una realidad —ya Urica, ya dramática— de nuestro país. 4) Puede signarse en 1939 con el Grupo Orión. Las nuevas promociones se inclinan al superrealismo, el constructivismo abstractista, el expresionismo sintetista, la no figuración.
1958-09-01T00:00:00ZEl autor analiza en la primera parte de este articulo las cuatro etapas que, a su ver, configuran la expresión pictórica moderna argentina. 1) afirmación del impresionismo (F. Brughetti, Malharro, Fader, etc.) y proyección post-impresionista, que se prolonga hasta 1920. 2) En la década siguiente, Gómez Cornet, de regreso de Europa (1921), expone cuadros de influencia cubista y futurista, tendencias en cuyo favor —y ordenándolas con rasgos propios— Pettoruti da la batalla definitiva en 1924. 3) En 1930 se inicia un tercer periodo que aún no ha concluido: movimiento nacional que afirmándose sobre la base de la síntesis contemporánea, tiende a fijar una realidad —ya Urica, ya dramática— de nuestro país. 4) Puede signarse en 1939 con el Grupo Orión. Las nuevas promociones se inclinan al superrealismo, el constructivismo abstractista, el expresionismo sintetista, la no figuración.Cursos Internacionales de TemporadaRevista de la Universidadhttp://sedici.unlp.edu.ar:80/handle/10915/921182020-03-28T04:02:56Z1958-09-01T00:00:00ZContribucion a revista
Revista de la Universidad; no. 05
Representaciones paritarias de las universidades nacionales de Chile, Uruguay y Buenos Aires —presididas por sus respectivos rectores— se reunieron el 24 de abril ppdo. en la ciudad nombrada en último término con el propósito de echar las bases del Consejo Interuniversitario Regional (C. I. R.), que tendría los siguientes fines: a) promover el estudio orgánico de los problemas de América latina y su integración en la cultura universal; b) promover y planear actividades de índole científica de acuerdo con las necesidades de sus respectivos países, y de modo preferente aquellas que le son comunes. Y para atender estos objetivos se estableció, sin carácter exclusivo ni prioridad, la labor a desarrollar y la manera de cumplirla.
1958-09-01T00:00:00ZRepresentaciones paritarias de las universidades nacionales de Chile, Uruguay y Buenos Aires —presididas por sus respectivos rectores— se reunieron el 24 de abril ppdo. en la ciudad nombrada en último término con el propósito de echar las bases del Consejo Interuniversitario Regional (C. I. R.), que tendría los siguientes fines: a) promover el estudio orgánico de los problemas de América latina y su integración en la cultura universal; b) promover y planear actividades de índole científica de acuerdo con las necesidades de sus respectivos países, y de modo preferente aquellas que le son comunes. Y para atender estos objetivos se estableció, sin carácter exclusivo ni prioridad, la labor a desarrollar y la manera de cumplirla.