Durante la década del noventa, la ciudad ha cobrado marcado protagonismo en el marco de los procesos de Globalización de la economía. La urbe se transforma en principio y fin de las actividades de la sociedad, ya que es allí donde repercuten las políticas macro-económicas de los gobiernos y se visualizan con mayor claridad las consecuencias -tanto positivas como negativas- de los procesos socioeconómicos. [Extracto a modo de resumen]