Después de estos días que pasé en La Plata y de haber hablado con algunos compañeros de aquí, de Buenos Aires, de Tucumán y de Córdoba, me da la sensación -no digo que así sea- de que la problemática curricular en Argentina ha tenido características quizás no tan parecidas a lo que ha sido en otros países de América latina.
Es muy difícil tratar de señalar como paradigmas o con propuestas únicas de trabajo para Latinoamérica o pensar que han existido paradigmas también únicos por períodos en los distintos países.
Lo que ha existido ha sido una superposición, una integración de diferentes modelos que, de acuerdo a las diferentes realidades de los países, se fueron armando o estructurando. Uno no puede pensar en ninguna propuesta o problema educativo sino es en relación a las condiciones reales, particulares existentes de cada país.