La década de 1970 en América Latina está marcada por el desencadenamiento de múltiples golpes de estado a lo largo de la región y sus resultados en la suspensión de derechos políticos como de garantías individuales, que desembocaron en la salida de miles de exiliados políticos en la región. Es el caso de Chile en 1973 con el derrocamiento del Gobierno de la Unidad Popular que resultó en la persecución sistemática de miles de colaboradores como simpatizantes del recién derrocado gobierno. Muchos de los que podían salvarse de la represión extrema durante las semanas y meses siguientes al golpe del 11 de septiembre, recurrieron a la figura del asilo diplomático. Es aquí dónde surge el papel de la embajada de Colombia ante el arribo de cientos de perseguidos políticos quienes solicitan el asilo diplomático como medio para salvar su vida.
Hasta la fecha, poco se sabe sobre el papel de la embajada colombiana en la defensa y protección de los asilados. En este proyecto de investigación, por primera vez se está analizando la documentación disponible y recién desclasificada del Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores en Bogotá, junto con testimonios y entrevistas de ex- exiliados como de exfuncionarios de la embajada de aquel entonces, los que constituyen un importante aporte para la construcción de la memoria del exilio. Una revisión detallada de la documentación oficial revela tensiones notables entre los funcionarios de la embajada, por un lado, y el ministerio en Bogotá. Revela también información importante sobre los individuos chilenos que se habían acercado a las instalaciones diplomáticas en Santiago, y el trato por parte de las instituciones colombianas.