En este trabajo nos interesa analizar un aspecto del gobierno de la seguridad, el vinculado a casos de violencia institucional, en particular contra los jóvenes. Muchos de estos casos resultan emblemáticos por la visibilización generada por los familiares que claman justicia, que se organizan en contra de la impunidad, cuya lucha resuena en los grandes medios de comunicación y cómo esas luchas se traducen, en ocasiones, en cambios normativos.
Ahora bien, si bien estos hechos generan ciertas respuestas normativas y de políticas de seguridad, en nuestro trabajo partimos del supuesto de que éstas tienen la característica de ser reactivas, espasmódicas y discontinuas en el tiempo. A fin de dar cuenta de ello, nos interesa analizar los casos en los que se encuentran involucrados jóvenes frente a la violencia policial o institucional y las modalidades que adopta el gobierno de la seguridad en estos casos.
Para ello, y considerando el rol que juegan los medios de comunicación a la hora de construir representaciones sociales (Schmitt, 2014), nos proponemos analizar la construcción discursiva de víctimas y victimarios en dos casos relevantes del período: Walter Bulascio (1991) y Martín Castellucci (2006), así como el caso de una muerte colectiva como es Crogmañon (2004). En estos casos, el común denominador es la muerte violenta de jóvenes en las que se imprime la fuerza irracional sobre sus cuerpos desde la Fuerza Pública, y sobre los que se imprime la mirada del otro a través de los medios de comunicación.