Los insectos causantes de biodeterioro encuentran alimento y sitio de desarrollo en materiales ricos en almidón y pegamentos, pieles, plumas, pelo, lana, seda, madera, semillas secas, insectos muertos y hongos que se desarrollan en sus superficies. Su actividad como agentes de biodeterioro en archivos y bibliotecas puede producir importantes daños mecánicos por raspado durante la alimentación, excavación de galerías, perforaciones y/o daños químicos por contaminación con fecas, secreciones, olores e individuos muertos. Su accionar implica alteraciones de las propiedades físico-químicas y mecánicas de los materiales, generando modificación del aspecto estético y afectando su valor patrimonial. La comprobación de la presencia de insectos, indicios de su accionar, identificación taxonómica, conocimiento del ciclo de vida y requerimientos tróficos, constituyen el paso previo para la realización de tratamientos de desinfección y desinsectación con miras a detener, contrarrestar el deterioro y resguardo de la integridad física de los bienes patrimoniales.