A principios de los setenta, en pleno auge de sus novelas editadas por Sudamericana y Seix Barral y luego de ser elogiado por Julio Cortázar, el escritor Néstor Sánchez desaparece, se esfuma. Abandona la escritura y extravía voluntariamente su rastro, apareciendo casi dos décadas después como vagabundo en las calles de California, durmiendo en una playa de estacionamiento.
¿Qué llevó a Néstor Sánchez a tomar esa decisión? ¿Por qué alguien se sale del camino en el momento en que las cosas se empiezan a acomodar? ¿Cómo y por qué alguien decide perderse? Las respuestas que el escritor dio a su regreso contribuyen a aumentar el mito Sánchez: que dejó de escribir porque se terminó la épica y que cuando la gente recibe una revelación tan grande como la que él recibió, dejar de escribir es un acto de humildad. Muchos años después, Osvaldo Baigorria publicaría un libro sobre Néstor que es una rara avis del género de la biografía, cruzando ambas vidas a tal punto que, como afirma el autor, no es tanto un libro sobre Sánchez, sino más bien con él.