El cincuentenario de la muerte de Florentino Ameghino —acaecida el 9 de agosto de 1911— permite evocar una vez más la vida y la obra de este argentino arquetípico. Y tal evocación adquiere aquí, en estas páginas, oportuno y apropiado lugar — además de justiciero—, no sólo por la grande significación científica de su obra sino también porque el ilustre paleontólogo enseñó en maestra universidad.