La actividad de la construcción y demolición produce cuantiosos residuos sólidos que deterioran el medio ambiente urbano y ocupan lugar en el espacio público. Asimismo, es conocido el impacto ambiental que ocasiona la producción de materiales como agregados finos, gruesos, metálicos, entre otros. En consecuencia, la industria de la construcción se presenta como una de las actividades menos sostenibles del planeta.
Teniendo en cuenta la problemática mencionada, desde el proyecto de Extensión Universitaria “Hacia un Corralón Solidario FAU” se pretende participar proponiendo tecnología aplicada para dar destino a los residuos generados por la construcción y la demolición (RCD), enfocándose en las posibilidades de reutilización y reciclado que tienen los mismos, y su consecuente reducción y minimización del impacto ambiental. Por otro lado, permite aplicar el capital humano de la Universidad al mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad.
En el marco del XI CRETA, el objetivo del presente trabajo es exponer que a través de la organización y concientización es posible la reutilización de RCD, con el fin de alargar su vida útil y reducir el impacto ambiental, generando además nuevas fuentes de empleo.
En el caso argentino, existe un avance en lo que se refiere a separación de residuos sólidos urbanos (RSU) pero no se presentan los mismos antecedentes para los RCD. En caso de los RSU y a partir de la crisis del 2001 surgen por necesidad de supervivencia, los llamados “cartoneros”, quienes dieron origen al proceso de recolección y reutilización de residuos. Dicho proceso dio lugar al nacimiento de cooperativas que desarrollan tareas de reciclado de diversos materiales, como el papel, el cartón, el plástico o el vidrio, pero no ocurre lo mismo por ejemplo con el poliestireno expandido, por su morfología y escaso peso en relación a su volumen, por lo cual su proceso de reciclado presenta algunas complicaciones.
Con este trabajo, se pretende reflexionar sobre la cantidad de residuo que se evitaría transportar o desechar, si la misma cooperativa fuera la que re-utilizara el material para la elaboración de bloques o aislaciones y fueran ellos mismos quienes comercializaran a microempresas y PyMEs de la zona. Dejarían de ser sólo una cooperativa que recolecta, sino que, además, producirían, vinculando sectores, optimizando procesos, generando recursos, entre rezago y reutilización, deshecho y aprovechamiento, tecnología de proceso y de producto.
Por otro se lado se convoca a la comunidad profesional de la FAU para seleccionar y acopiar los rezagos de sus obras y en generar a empresas productoras de materiales de construcción, corralones y medio tecnológico local para destinar descartes útiles a el corralón solidario.