El cacheo, revisión del público en búsqueda de objetos prohibidos, es destacado por los empleados de seguridad como un momento fundamental en la prevención y organización de los eventos. Dependiendo del caso, este puede ser realizado por policías o por trabajadores de Control de Admisión y Permanencia (CAP). En todo caso, el cacheo se ubica como parte fundamental de una serie de dispositivos que organizan la seguridad desde la desconfianza en el público. Allí, se activan mecanismos que fluctúan entre la legalidad y la ilegalidad, y se entrecruzan lógicas de control con prejuicios sociales, búsquedas por el beneficio económico, el entretenimiento y aburrimiento en la tarea, entre otras. Estos márgenes de discrecionalidad se presentan, especialmente en los espectáculos organizados por productoras privadas, en tanto permitan el éxito del espectáculo, por lo que hay una tendencia a reducir las violencias que pongan en peligro el show o las ganancias asociadas a él (venta de comida y bebida, de merchandising, etc). Al mismo tiempo, creemos que podemos encontrar y explicar una serie de rutinas y regularidades dentro del accionar del personal de seguridad. En ese marco, muchas veces se habilitan prácticas y mecanismos de seguridad que no son legítimos, e incluso no siempre son legales, en otros momentos y espacios. A lo largo de este trabajo buscamos comprender y explicar los principales conflictos en torno de la práctica del cacheo, a partir de comprender los marcos en que se desarrollan. Luego, analizaremos las regularidades dentro la amplia discrecionalidad en que se desarrollan. Finalmente, intentaremos explicar a los cacheos masivos como parte de un conjunto amplio de dispositivos para regular un orden en los espectáculos masivos.