El arte como lenguaje poético, posibilita la construcción de significados y la creación de nuevos mundos. Utiliza diferentes recursos retóricos que apelan a la participación activa de los sujetos, tanto de aquel que enuncia como del que recibe e interpreta. Provee de recursos simbólicos a quien interactúa con él, le propone formas nuevas de comunicación y de relación con el otro. Desarrolla en los sujetos diferentes aptitudes y alternativas de razonamiento, lógicas de abstracción, comparación o sustitución.
El arte es una herramienta poderosa para animar la expresión, permitir el diálogo y fortalecer lazos sociales. Es, por lo tanto, un recurso valorable para fortalecer la subjetividad, restaurar en tantos niños la posibilidad de crear, producir sentidos, mostrar sus pensamientos, hacer oír su voz y ser parte de la sociedad. Es, consecuentemente, una herramienta de inclusión social.