El artículo tiene un carácter explicativo del golpe de Estado ocurrido en Bolivia que llevó a la renuncia del presidente Evo Morales el 10 de noviembre del 2019 y la respuesta argentina ante este hecho. La reciente polémica acaecida en función de la acusación del gobierno boliviano hacia el gobierno de Mauricio Macri por el supuesto envío de armas y material represivo al gobierno de Jeanine Áñez ha vuelto a poner en boga los sucesos ocurridos en Bolivia.
En una contribución a aquellas discusiones, el objetivo de este escrito ha sido comprender cuáles fueron los rasgos fundamentales de dicho proceso, lo cual es de suma relevancia porque, muy al pesar de los pueblos, no fue ni seguramente será el último ataque a la democracia acaecido en nuestra región.
Para la investigación se ha utilizado una metodología cualitativa recurriendo a fuentes oficiales, reportajes y notas periodísticas que permitieron dilucidar cómo operó el golpe. Ello en el marco del análisis de las múltiples paradojas que rodearon las distintas justificaciones existentes en torno a este acto de fuerza ilegítimo.
Por otra parte, se ha verificado que la voluntad golpista fue asistida desde fuera del país, lo que ha conllevado la necesidad de considerar, además de Bolivia, tres actores extranjeros como unidades de análisis: Estados Unidos, la OEA y Brasil.
Se concluye con una reflexión personal acerca de cómo las acciones de los gobiernos argentinos en el transcurso y postrimería de la asonada han impactado en el relacionamiento de Argentina con la región.