La creación de una Junta Gubernativa en Buenos Aires en mayo de 1810 iniciaba un largo proceso no solo político, sino también social y económico que requería a quienes estudiaban la historia rural de fines de la colonia, como sostenía Carlos Mayo, pensar sus “materiales en la clave de la historia política rioplatense” (1997, p. 69). Instaba de esta manera a un abordaje de la historia política de las primeras décadas revolucionarias desde una perspectiva social. Este artículo, inspirado en estas preocupaciones, intentará reflexionar sobre la crisis de legitimidad política que enfrentaba el proceso revolucionario en 1815, cuyo antecedente debe rastrearse en la contradicción planteada en torno al ejercicio de la soberanía del pueblo o de los pueblos denunciada en 1810 por Pedro Vicente Cañete.