Durante el periodo que va de 1946 a 1955, se incorporaron nuevos libros de lectura obligatorios en el nivel primario, implicando la instauración de nuevos valores y significados en el escenario educativo. En algunos casos se trataban de conceptos que ya se conocían, pero se matizaron de tinte político y a su vez aparecieron significados nuevos, totalmente ideológicos basados en el gobierno peronista. El gobierno justicialista ha tenido una clara política comunical de la cual fue pionera en apropiarse de las herramientas de la industria cultural del momento, como la editorial, el cine, entre otras. La educación primaria no quedo exenta de los valores justicialistas homologados como cultura nacional que circulaban en los sectores populares, con lo cual el libro de texto y los docentes cumplían una función primordial en la formación del niño argentino. La maestra era el vehículo para que los chicos accedieran naturalmente a esos nuevos contenidos. A través de todas las fuentes trabajadas y analizadas se busco la interpelación que generaron esos dispositivos comunicacionales en maestros y alumnos, evaluando para ello la articulación entre los discursos (contenidos, significados y valores) y las prácticas que acompañaban a los mismos e interpelaban a los individuos como sujetos, a partir de la construcción de ciertas posiciones subjetivas y los procesos que producen subjetividades y que posibilitan, modifican o impiden la adhesión de los mismos a estas posiciones, pudiendo dar lugar a la elaboración de nuevos sentidos. Se trabajo especialmente la relación que existió entre el sentido que se le daba a los nuevos conceptos en los libros de lectura y lo que significo realmente ese concepto para niños y maestras, se busco la homologación entre el discurso que se emitió y la forma en que fue decodificado por los destinatarios.