El inicio de la tercera década del siglo XXI nos encuentra, desde la perspectiva disciplinar del urbanismo, con problemáticas y desafíos emergentes en torno a la(s) desigualdad(es) como característica estructural de las ciudades latinoamericanas. El contexto de pandemia recoloca además, temas y perspectivas con nuevos sentidos.
Esta coyuntura agudiza desigualdades históricas. Entre ellas, las vinculadas al campo del ejercicio profesional de la arquitectura y el urbanismo, tradicionalmente masculino. La mayor incidencia reciente y creciente de profesionales mujeres en las disciplinas proyectuales, como en otros ámbitos, no ha estado exenta de contradicciones y tensiones. La mayoría de lo que se ha escrito sobre las ciudades, se ha hecho prescindiendo del análisis del sujeto que producía el conocimiento, dándose por sentado que era un sujeto universal (Durán, 2008). Autoras, trabajos e iniciativas visibilizan las omisiones y ausencias de las mujeres (Arias, et.al, 2018), sin embargo la producción de conocimiento disciplinar aparece aún desdibujada en la región.
El objetivo de este escrito es retomar algunos aportes de la perspectiva de género a la disciplina urbanismo, a partir de referir algunos antecedentes provenientes de distintos ámbitos y disciplinas en relación a tres dimensiones: la ciudad como fenómeno, la ciudad como objeto de estudio y la ciudad como proyecto.