El incremento de la población encarcelada de mujeres vinculadas a los delitos de narcotráfico, junto a la situación de violencia estructural a la que están sometidas, nos condujo a preguntarnos sobre las condiciones sociales que posibilitan la proximidad a este tipo de conflictividades y cuya principal respuesta como sociedad ha sido la persecución penal. Asimismo, dicho encarcelamiento lejos de disminuir la conflictividad social en su entorno, la incrementa.