Una caracterización mínima del ejercicio del rol docente en la educación en cárceles basado en el rol profesional pedagógico emergente se encuentra en el texto de Dicker y Terigi (1997), segun el cual la formación del educador debe dar cuenta de la articulación de una serie de componentes fundamentales, destacando dos de éstos: las condiciones de su apropiación desde la perspectiva de quien aprende (en nuestro caso un joven o adulto privado de su libertad), y las caracteristicas de las situaciones especificas en que tendra lugar la enseñanza, en función de los contextos concretos de actuación (en nuestro caso la cárcel o “institución total” o cerrada). La función docente es un trabajo sujeto a determinadas condiciones materiales que definen y enmarcan las interacciones, caracterizado por un conjunto de saberes; la función dependerá de las concepciones de animador, facilitador, formador, docente, asistente educacional, promotor social y otras.