Intentaremos en estas líneas dar cumplimiento a la tarea de comentar el novedoso libro de Jerome Bruner, que parte del gusto interpretativo de la Universidad de Bolonia, (lugar de nacimiento del volumen en palabras del autor) para recorrer con las narraciones la ambigua zona de frontera que separa (¿separa?) el derecho, la literatura y la psicología.
Como especie de reseña bibliográfica, introductoria a las posibles claves de lectura que nos sugiere el texto, señalaremos ante todo un empecinamiento, un mandato de fe del autor: la reivindicación de la literatura dentro de los ámbitos del derecho y la psicología, para terminar con una imagen del poeta como profeta que nos recuerda al Whitman de larga barba en sus últimos días; adelantando casi proféticamente los límites de las normas culturales, marcando posibles alternativas a la cotidianeidad. Un segundo factor que hace a la unidad del libro: la narración; que como el hilo de Ariadna nos guía en el laberíntico mundo de las relaciones entre el derecho, la literatura y la vida.