Las buenas condiciones en que funcionó el servicio sísmico desde fines del año 1922, no sólo fueron mantenidas, sino hasta mejoradas.
A excepción del día 21 de marzo, en que se cortó el registro de las señales de minuto durante tres cuartos de hora, debido a los efectos de un rayo que cayó a poca distancia del Observatorio, no hubieron más interrupciones en el registro permanente, que las indispensables para la determinación de constantes, o para composturas o mejoras mecánicas.
Debo dejar constancia de que es al empeño y atención del empleado don Julio Lenzi en las cotidianas tareas, así como a la prolijidad y precisión con que trabajó el mecánico don Gregorio Plotnikoff, que debe agradecerse en gran parte el buen servicio obtenido.
A principio del año se hizo una limpieza en el "Vicentini" cuyos ejes habían sufrido un poco por la humedad del sótano. En cuanto al "Mainka", durante la primera década del mes de marzo, hice ensayos para probar si era posible aumentar su sensibilidad en el sentido de mayor amplificación y mayor período.
Logré resultados muy satisfactorios aplicando plumas muy finas, que al efecto fueron afiladas por mí mismo, y pude trabajar definitivamente con la nueva amplificación, 145 (en vez de 65) y un período 12a (en vez de 9a) desde el día 11 de marzo.
Para evitar las grandes distancias entre las líneas del registro sísmico y las señales de minuto, hice cambiar a fines de abril, la posición del electroimán y darle un sitio más central, de manera que la pluma registradora correspondiente, escribe ahora a pocos milímetros detrás de la posición media de la del registro sísmico.
Pude lograr así, en casos claros, conformidad casi absoluta entre las lecturas de las diferentes componentes.
Queda ahora como única causa de errores, la desviación excepcional del movimiento uniforme que deberían ejecutar las fajas registradoras.
En el mes de julio me ocupé otra vez del "Vicentini" y le coloqué un sacudidor electromagnético, es decir, un martillo de Neef, cuyas oscilaciones se comunican al tambor que lleva la faja. Este dispositivo dió excelentes resultados, y me permitió aumentar la amplificación de las componentes horizontales en 275 veces (antes 72).
Otro progreso lo constituye la aplicación de un nuevo papel especial, muy liso, elegido entre una colección suministrada por la casa Schleicher & Schüll, Düren (Rheinland), Alemania, que desde el 25 de octubre sirve de faja registradora para todos los instrumentos sismográficos.
Como en el año 1925, suministré en casos de importancia, a la prensa de la Capital federal y de la provincia, y a las agencias de la "United Press" y "Associated Press", informes acertados respecto a los fenómenos observados.
El Boletín Sismológico que redacté en la misma forma que en el año 1920, comprende 12 números con 14 hojas. Su tiraje fué de 50 ejemplares que se distribuyeron entre los más importantes observatorios del mundo.
En cuanto a otras publicaciones, preparé los manuscritos de Resultados sismométricos de los años 1907-1922 y Resultados sismométricos del año 1925, aparecidos como número 3, tomo I y número 1, tomo II de estas Contribuciones Geofísicas.