El historiador que pretende abordar las problemáticas culturales de los grupos subalternos se encuentra, primordialmente, ante un enorme desafío. Natalia Silva Prada sin dudas lo asume en esta obra nacida de su tesis de doctorado, en la que indaga las antiguas formas de existencia de una “cultura política” entre los indígenas que habitaban en la ciudad de México a finales del siglo XVII. Con tal fin, la autora se sumerge en el estudio del famoso tumulto sucedido durante las festividades de Corpus Christi de 1692 en el corazón de la Nueva España, considerando que el análisis de las prácticas, tanto explícitas como simbólicas presentadas en esta manifestación colectiva de violencia, le permiten comprender los vínculos entre cultura y poder evidentes en las experiencias de vida de sectores de la sociedad a los que, hasta ahora, se creía indiferentes a los acontecimientos políticos de su época.