In Spanish
Este trabajo compulsa un conjunto de interpretaciones críticas sobre el programa televisivo "El banquete telemático" y las maneras en que aquel y su animador, Federico Jorge Klemm, propusieron, entre los noventa y principios del 2000, modos de descalce e inscripción problemática dentro y fuera de la historia del arte.
La oclusión de Klemm en la historiografía del arte reciente condensa y reviste la forma de un conjunto de valoraciones negativas (Nardi, 1998) que tienen asidero en la condición de clase, la existencia sexodisidente, la calidad presuntamente defectuosa y menor de su producción artística, y una serie de prácticas de sociabilidad y exposición mediática que redundan en la expulsión del divo carismático del bastión de la historia del arte argentina, tradicionalmente reservada a especialistas y a eruditxs.
Si la academia no ofició como caja de resonancia de esa historia del arte televisada, resulta urgente interpretar los efectos por los que tempranamente el programa intensificó un caudal de citas revoltosas y de menciones televisivas que desorganizaron las gramáticas de la historia del arte y forzaron la torsión de esas narrativas en formas extraviadas de distribución de la disciplina que trabó alianzas con modelos de expectación patrocinados por el blooper, el sketch cómico y la cámara oculta como formas precodificadas de consumo televisivo durante los noventa y principios del 2000.
In English
This paper wishes to dispense a set of critical interpretations on El banquete telemático that identifies its alliances with the disciplinary field of local Art History and reviews the ways in which the television program and its animator proposed, during the early 90s and early 2000s., ways of disorganizing and betraying the operations of that tradition historically reserved for specialists and scholars. To this end, we work on a chapter of the television program Videomatch (1990-2004) and its tradition of jodas as a counter-writing device that comments on El banquete and its amphitryon and, in that forwarding, dismisses the haughty condition of the Art History and institutes an untold transfer model.