Durante el año 1925, los instrumentos sismométricos funcionaron, esencialmente, en las mismas condiciones que en 1924, sin ninguna otra interrupción del registro que la necesaria para el cambio de las fajas, la determinación de las constantes, etc., trabajos que siempre se ejecutaron con la mínima pérdida de tiempo. Así se explica que no hay más que un terremoto (el número 3) cuyo registro sufrió interrupción de alguna importancia.
Los arreglos y repuestos de orden mecánico los efectuó muy satisfactoriamente y con la mayor puntualidad, el mecánico del Observatorio, don Gregorio Plotnikoff, mientras que el empleado don Julio Lenzi tuvo a su cargo el servicio de las fajas, relojes, etc., trabajos que fueron ejecutados por él, con una puntualidad y dedicación dignas de todo elogio.