Se suele decir que comunicar es poner en común. Es decir, producir un sentido colectivo, social, con “el otro” diferente a mí. Lo que esta idea implica es que el acto de comunicar es social y transformador; ya que, en el encuentro, se configura un nuevo discurso del mundo: una nueva narrativa. Ni el discurso que yo portaba, ni el que el otro tenía previo al intercambio. Algo original surge y le otorga un nuevo sentido a una parte de esa realidad compartida. Comunicando, re-creamos una parte del mundo. Y en el ejercicio de comunicar se produce un discurso novedoso, un nuevo conocimiento.