La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha generado una crisis global a una escala sin precedentes. Sus consecuencias han generado estragos en los mercados y en las sociedades, no sólo a nivel sanitario, sino también a niveles políticos, económicos y sociales.
En este contexto, toma especial relevancia el estudio de las organizaciones de la sociedad civil, dado que estas, cumplen un rol sustancial, intentando mejorar la calidad de vida de las personas, por medio de la innovación social; porque se ubican en la primera línea del campo de batalla frente a la urgencia, asistiendo a los más necesitados, cuando ni el Estado ni las empresas, son capaces; porque además articulan con éstos, y porque los observan, exigen y exponen sus acciones frente a la comunidad (Maroscia y Ruiz, 2020, p. 10).