Como ya hemos anticipado, nuestro corpus está compuesto por una buena parte de los cuentos reunidos en los volúmenes Los peligros de fumar en la cama (2009) y Las cosas que perdimos en el fuego (2016), de Mariana Enriquez. La primera de las dos colecciones cuenta con un total de doce cuentos; la segunda incluye trece.
En la mayoría de ellos se percibe algún tipo de figuración del monstruo, alguna latencia de monstruosidad o algún síntoma de anomalía. Nos concentraremos sobre todo en aquellas manifestaciones que afectan el cuerpo femenino, para repertoriarlas y analizar los modelos interpretativos que proponen. Las primeras precisiones que nos parece necesario aportar conciernen a las gradaciones que se despliegan entre las nociones de monstruo, monstruosidad, anomalía.
Por otra parte, verificamos frecuentes entrecruzamientos o hibridaciones entre figuras clásicas como las del monstruo y el fantasma, por una parte, o el monstruo y la bruja, por otro, que aportan nuevas lecturas de antiguas mitologías. Son entidades que no pertenecen a la misma categoría, aunque puedan converger. Esos cruces tienen lugar, en la mayoría de los casos, en el seno de una construcción próxima del género fantástico, por lo que también conviene atender a esos vínculos.