El siguiente trabajo se propone como una somera cartografía de las posibles entradas para la cuestión de la monstruosidad en sus lazos con las figuras infantes que trama la literatura argentina de las últimas décadas. Si los mapas que acompañaron la figuración del mundo tal y como lo conocemos desde el Renacimiento respetaban una concepción particular y convencional de representarlo, la de los cuatro puntos cardinales, el dibujo guía para este recorrido se inspira en otra figura: la constelación. Esta es la brújula que llevan consigo Schérer y Hocquenghem en su propio paseo por las narraciones infantes y que les sirve para moverse de otra manera a través del espacio delimitado por la página literaria. Al abrirse bajo la forma de los círculos concéntricos, esa figura late.