La desigualdad de género es un tema persistente y multifacético que afecta a diversas áreas de la vida social y laboral, y la academia no es la excepción. Aunque las universidades han sido tradicionalmente espacios de avance social y académico, también reproducen muchas de las desigualdades, incluidas las de género, presentes en otros sectores (Morley, 2014). En las últimas décadas, se han realizado esfuerzos significativos para reducir las disparidades de género en la academia, particularmente en lo que respecta al acceso a la educación superior.
Sin embargo, las desigualdades persisten, especialmente en los niveles más altos de la jerarquía académica, como los cargos de gestión y liderazgo (Vera, 2018).
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la más antigua de Argentina, presenta un caso de estudio interesante para analizar estas dinámicas. A pesar de que la UNC ha promovido la innovación y el avance social, especialmente desde la histórica Reforma Universitaria de 1918, las estadísticas muestran una marcada subrepresentación de mujeres en los puestos más altos de poder a lo largo de toda su historia (García, 2004). Este fenómeno no es exclusivo de la UNC; es un patrón recurrente en muchas instituciones de educación superior a nivel mundial (Acker, 2012). Sin embargo, la UNC ha implementado diversas políticas, y en particular de género, en los últimos años, que ofrecen una oportunidad única para examinar el impacto de estas intervenciones (Krause, 2016).
En particular, la reforma política de 2016 cambió el sistema de elección de autoridades universitarias a un modelo de voto ponderado por claustros y tuvo como principal objetivo democratizar aún más la educación superior, para lograr así una mayor igualdad en el acceso a oportunidades, incluidas las posibilidades de alcanzar puestos de decisión dentro de la estructura organizacional de la UNC (Alaniz & Bruera, 2019). Esta ponencia tiene como objetivo analizar cómo las reformas políticas y las políticas de género implementadas en la UNC han influido en la participación de las mujeres en los cargos de gestión, y cuáles son las barreras estructurales que siguen impidiendo una mayor equidad, indagando si estos cambios fueron potencialmente significativos en la representación de mujeres en la gestión universitaria.
Además, se exploran las implicaciones de las mujeres en roles de liderazgo, no solo para las mujeres académicas individuales, sino también para la universidad en su conjunto y para la sociedad en general. La representación femenina en la gestión universitaria no sólo mejora las oportunidades de desarrollo profesional para las mujeres sino que también permite la diversidad de enfoques y perspectivas en la toma de decisiones a nivel institucional, lo que puede tener efectos positivos en la calidad de la educación y la innovación en la investigación (Thompson, 2019).