A partir de la pandemia por el COVID-19, en la Escuela de Lenguas hemos ido sumando nuevas propuestas que apuntan al desarrollo de habilidades blandas o transversales (Pérsico, M. y Pich, M, 2020). La educación formal no suele abordar de manera sistemática el desarrollo de estas competencias socioemocionales, a pesar de ser esenciales para el éxito tanto dentro como fuera de las instituciones y creemos que la clase de inglés puede resultar lo suficientemente versátil como para trabajarlas sin dejar de lado los contenidos programáticos. Estas habilidades vinculadas al “saber ser” (Singer et al., 2009), fomentan la inteligencia emocional y son fundamentales para afrontar situaciones . Nuestro estudiantado se enfrenta a desafíos a diario derivados en parte de la sobreexposición a las pantallas (1). Por eso, diseñamos propuestas que permiten seguir trabajando con los contenidos léxicos de las clases, incorporando además un componente lúdico y competitivo que promueve la vuelta al juego de mesa. La práctica del ajedrez ha demostrado ser una herramienta educativa valiosa que permite potenciar capacidades de concentración, abstracción y análisis (Sánchez Torres, 2001) para trascender los contenidos tradicionales de los libros de texto. Así, implementamos “Chess Class”, un proyecto que articula el aprendizaje del ajedrez con el fortalecimiento de competencias blandas y contenidos básicos del nivel. El proyecto se llevó a cabo en 2024 en los niveles Jóvenes 1 y 2 menores, partiendo desde los contenidos curriculares propuestos en libros de texto, particularmente las unidades dedicadas a los deportes y al repaso del presente simple. La propuesta se estructuró en torno a una primera aproximación al juego en inglés, incorporando vocabulario específico relacionado con el tablero, las piezas y sus movimientos, además de adverbios de dirección y estructuras básicas en presente simple.