Las miniaturas, acuarelas, óleos, litografías y otras expresiones gráficas que representan con variada verosimilitud a los hombres más ilustres de una época, o aspectos trascendentes del pasado son poderosos auxiliares de la historia. Ninguna descripción literaria puede recrear tan vivamente una imagen como un grabado o una pintura contemporánea al tema que documentan.
Lamentablemente las imágenes referentes a nuestros proceres son escasas y muchas de ellas rudimentarias, realizadas por aficionados o, en el mejor de los casos, por viajeros de cierto mérito artístico. No conocemos retratos de gran parte de nuestros proceres del siglo XIX y comunmente se publican retratos imaginarios, tal el caso de Monteagudo, Castelli, etc.