Las recepciones de Lenin se han realizado a través de distintos enfoques, desde los más ortodoxos hasta los más críticos. Frecuentemente, se han construido teorías interpretativas bajo los marcos oficiales de la Unión Soviética, de las concepciones de Europa Occidental y otras vertientes. Con el tiempo, la recepción latinoamericana del autor ruso fue adquiriendo profundidad y sistematicidad, lo que abrió un espacio para las investigaciones. En este sentido, se seleccionaron las obras de los latinoamericanos: Rodney Arismendi, René Zavaleta Mercado, Marta Harnecker, Álvaro García Linera y Óscar del Barco, para comprender la recepción teórica de las obras de Lenin. Las presentes páginas, delimitaron su estudio a las categorías: Estado, poder y revolución; en lo que se buscó el posicionamiento de la obra El Estado y la Revolución, y sus manuscritos, aunque también se encontró que la edición de las Obras Completas de Lenin en español, produjo diálogos mucho más ricos y complejos. Estas recepciones, se indagan a través de las condiciones históricas latinoamericanas y de los discursos teóricos producidos por los autores en sus textos. El objeto de estudio ha motivado el uso del método histórico, la etnografía textual y la hermenéutica. De este modo, se ha indagado la recepción y producción textual, como parte de la subsunción en la modernidad capitalista, de los años setenta y ochenta del siglo XX. Un escenario, en el que se hallan, las composiciones hegemónicas y los dispositivos para las producciones de los discursos teóricos de los intelectuales, a la vez que envuelven despliegues creativos que desbordan los esquemas. En esta historia intelectual, los autores son protagonistas en una Latinoamérica convulsa, de golpes y dictaduras, de persecuciones y exilios, de revoluciones y movimientos populares, de guerrillas y guerras. Estos pensadores se han posicionado a sí mismos, por medio de sus campos políticos, institucionales, académicos y de conexiones internacionales. La producción textual, con dificultades técnicas y editoriales, son vestigios de los enormes esfuerzos intelectuales, en una sociedad que reina aún la máquina de escribir y los manuscritos. Finalmente, se concluye que los diálogos y discusiones demuestran elaboraciones originales y no solo imitaciones, al mismo tiempo que destacan los argumentos anticoloniales, ancestrales, de las nacionalidades y pueblos indígenas, que tienen voz propia y visión crítica. La exposición reflexiona sobre las ciencias sociales latinoamericanas y los productores intelectuales, en su cavilar epistémico, en la formación de los Estados, los poderes, las revoluciones y los procesos políticos.