Si bien el 80 ha sido trabajado y leído desde distintos contextos socio históricos y literarios, la continuidad y resignificación de su corpus y sus legados, deja abierto un espacio para la crítica, con una cantidad considerable de autores que han sido lateralizados, en muchos casos, por lecturas convencionales. Enrique Loncán es un autor periférico de comienzos del siglo XX al igual que Eduardo Holmberg, a punto tal que su obra Olimpio Pitango de Monalia recién se publicó en el año 1994. Según Arturo Cancela, "con Enrique Loncán, se cierra para siempre el ciclo de la literatura mundana comenzado por la generación del 80, en cuyos cánones se inscriben su personalidad, sus gustos y su literatura". Heredero o epígono de escritores como Mansilla en el Sud América, de Lucio V. López, de Eduardo Wilde y de Miguel Cané, pone en práctica su versatilidad discursiva frecuentando el periodismo, la oratoria, la política y la literatura, a la vez que se desempeña en la cátedra universitaria, el Congreso Nacional y la diplomacia. Eduardo Holmberg, por otra parte, pertenece a la saga de los escritores conocidos a medias y muchas veces, por esta misma causa, ha sido motivo de una simplificación oportunista de su significación, sujeto a una lectura rápida, proclive a juicios no del todo probados. La tesis está estructurada en dos partes y cada una tiene como eje el estudio de uno de los dos autores citados. La primera está dedicada a la obra de Enrique Loncán, particularmente Palabras de la derrota, He dicho y Aldea Millonaria, y la segunda aborda dos conferencias "Carlos Alberto Darwin", "Pinceladas descriptivas" y los dos últimos textos escritos por Eduardo Holmberg, Lin Calel (1910) y Olimpio Pitango de Monalia. El título de la tesis, "Permanencia y superación del 80 en dos escritores de 'entre-siglos'", adelanta sus dos hipótesis centrales: la 'permanencia' o continuidad poética e ideológica del 80 en los trabajos de Loncán, y la 'superación' del mismo período por la práctica de escritura de Eduardo Holmberg. El cruce de ambos autores y sus respectivas obras pone de relieve un doble movimiento, el regreso al pasado por parte de quien desarrolló su carrera literaria durante los primeros cuarenta años del siglo XX, y la evolución hacia el futuro de Holmberg que se desarrolló literariamente a lo largo del 80. Este doble movimiento -el retroceso hacia las fuentes por parte de Loncán y el 'progreso' rupturista de Holmberg- mantiene una relación dialéctica con la historia social y política del país en el primer caso, y una relación con la historia y con la filosofía de la historia en el segundo, sobre todo en Olimpio Pitango de Monalia, en la medida en que deconstruye la historiografía liberal oficial.