La sociedad avanza al ritmo de sus prácticas, así mismo lo es el deporte como fenómeno cultural, donde a medida que pasa el tiempo van apareciendo o se van modificando conductas construyendo nuevas actividades, en donde se crea una subjetividad de dicha actividad, evidenciándose en la aparición de nuevas manifestaciones deportivas de tipo alternativo en las cuales se brinda una salida o un espacio diferente a lo cotidiano. A partir de ahí vemos el Ultimate Frisbee, nacido entre los años 60 a 70 en las escuelas y universidades norteamericanas, donde el auge del movimiento Hippie y el periodo de conflicto en el que se desarrolló llevo a un grupo de estudiantes quienes haciendo una mezcla de deportes deciden cambiar una pelota por un Frisbee, además de empezar a dotarlo de normas y reglas para que se practicara por igual en las distintas instituciones educativas pero manteniéndose siempre en contra de una autoridad externa encargada de juzgarlo o reprimirlo como lo fueron los sports o juegos ingleses en sus inicios, cosa contraria que se ve con esta manifestación deportiva en una era moderna en la cual el deporte se caracteriza por ser un fenómeno de renovación cultural que a través de un proceso de globalización y la homogenización de sus prácticas, está en constante transformación (Gebara, 2002).