Una de las preocupaciones prioritarias hoy son los Estados “Fallidos”.
Este fenómeno que ha crecido en el mundo ganando territorios, permite sostener que hemos entrado en la era de las sociedades vulnerables por el avance creciente de éstos, el cual traer de la mano el tema de la seguridad nacional e internacional y su contrapartida, la problemática de la inseguridad global.
Al respecto y como resultado del diálogo político se tipifican siete pautas generales aceptadas por la comunidad internacional sobre retrogradación Estatal.
Por lógica consecuencia, el tema de la intervención en los "asuntos interiores" de Estados frágiles está en el corazón de las polémicas. El límite lo fija “el grave peligro para la población” donde cede la no intervención y da paso a la responsabilidad de proteger.
Se aborda como cada uno de los actores explota los peligros de la inestabilidad creada por los Estados Fallidos y aparece el concepto de los Estados matones o rogue status, quienes tienen gran potencial para producir y propagar la inestabilidad en amplias regiones, por lo cual redes terroristas tratan de ocultarse e implantarse en esas regiones, procurando producir sinergias entre unos tipos de Estados y otros; además que manipulan a los Estados débiles en beneficio del Crimen Transnacional Organizado.