La producción simbólica es parte de la imagen urbana que se va conformando a través de su significación en el ejercicio político cultural de los actores sociales. Este proceso tiene distintas características y circunstancias que conforman el estado de la comunicación visual urbana. Estudiar los elementos comunicacionales, como carteles, murales, monumentos, graffitis, esténciles y otras producciones, realizadas en distintas etapas, permite comprender su papel y su incidencia en el espacio público, como su ingerencia en los fenómenos culturales urbanos. Estas realizaciones, presentes en la ciudad, se integran al conjunto urbano y son una manifestación de las relaciones sociales, políticas e ideológicas, que tiene distintas representaciones y significantes. Interpretar estos procesos de constitución significativa a través de formas de representación, visuales, gráficas y morfológicas da cuenta de las características de la construcción simbólica en el escenario urbano. Los carteles, monumentos, murales, los graffitis, las festividades, las publicidades, son expresiones del saber, de la experiencia cultural de distintas momentos y sectores. En algunos casos estas expresiones visuales son validados por los habitantes, como elementos representativos del conjunto urbano. En otros son ignorados, rechazados o ridiculizados, es decir no logran legitimarse, y estas situaciones se explican por los significados que adquieren en el colectivo. En el caso de los esténciles, graffitis y pintadas, son manifestaciones anónimas, eventuales que alteran lo institucional y que responden a códigos grupales. Ofrecen datos de las relaciones entre lo público y lo privado como de un espacio de espontáneo de la palabra.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)