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Si bien a nivel global se reconoce la existencia de diversos modelos de informes socio-ambientales útiles para la toma de decisiones más sustentables, para el presente trabajo se destaca que las memorias de sostenibilidad, o sustentabilidad, como modelo de la Global Reporting Initiative (GRI), en sus distintas versiones, es el más utilizado. A nivel nacional, la Junta de Gobierno de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE) aprueba en noviembre de 2012 la Resolución Técnica (RT) Nº 36 “Normas Contables Profesionales: Balance Social”, dando un marco normativo contable para que las organizaciones económicas elaboren sus balances sociales. El balance social considerado en dicha normativa se compone por: la memoria de sostenibilidad, o sustentabilidad (para la cual debe considerarse la versión vigente de la guía GRI) y el Estado de Valor Económico Generado y Distribuido (EVEGyD), que reemplaza al indicador de la dimensión económica EC1 de la guía GRI considerada. La versión más reciente de la guía GRI es la versión G4, oficializada en mayo de 2013 durante el evento Global Conference on Sustainability and Reporting 2013. Dicha versión (G4) es recomendada para los informes que se publiquen a partir del 31 de diciembre de 2015 y para los entes que emitan su memoria por primera vez, a partir de la oficialización de la misma. A la fecha de realización del presente trabajo no se han detectado memorias de sustentabilidad realizada con dicha versión para un ejercicio económico completo. En la versión precedente de GRI, identificada como G3.1, se incluyen indicadores ambientales clasificados como indicadores principales y adicionales, en aspectos tales como materiales, energía, agua, biodiversidad y emisiones, vertidos y residuos, entre otros, muchos de los cuales se mantienen en la versión G4. Con respecto de la utilización de alguna versión GRI, de una investigación empírica realizada sobre una muestra conformada por distintos tipos de entidades, con diversos objetos sociales, se ha observado que el 81 % utiliza o aplica una versión GRI para sus informes socio-ambientales que emiten al contexto. También se ha detectado que, en la información ambiental incluida, es posible diferenciar elementos componentes de un entendido patrimonio ambiental de las variaciones, o modificaciones, a los mismos. Con tales apreciaciones, entre otras, en aras de contribuir desde la disciplina contable a precisar elementos componentes de un patrimonio socio-ambiental, constituye el objetivo del trabajo: explorar la posibilidad de completar un esquema de Estado de Situación Patrimonial Ambiental, teniendo en cuenta la información correspondiente a los indicadores ambientales incluidos en la memoria de sostenibilidad seleccionada, detectando dificultades entendidas como relevantes para completar dicha realización. A efectos de seleccionar la memoria de sostenibilidad se consideran ciertas características identitarias del ente, la utilización de algún modelo propuesto por GRI y que la mencionada memoria se encuentre evaluada y su calidad reconocida por algún organismo externo. Una vez seleccionada la memoria de sostenibilidad, o sustentabilidad, con el marco teórico desarrollado en el presente, se analiza la información referida a los indicadores ambientales incluidos en la misma profundizando en aspectos que evidencian información patrimonial ambiental. Con dicha información, se explora la posibilidad de completar un esquema correspondiente a un Estado de Situación Patrimonial Ambiental seleccionado, se enmarcan dificultades relevantes para completar dicho estado y se infieren conclusiones. Hasta el desarrollo realizado surge que es posible completar parcialmente el mencionado esquema Estado de Situación Patrimonial Ambiental con la información ambiental brindada en los indicadores ambientales de GRI incluidos en la memoria de sostenibilidad seleccionada. Entre las dificultades más relevantes se encuentran: que los indicadores ambientales de GRI se centran en los impactos ambientales y que, si bien se diferencian algunos elementos como activos (créditos e inversiones ambientales) y pasivos (compromisos ambientales asumidos), no se detecta un estado de situación patrimonial ambiental inicial que clasifique los rubros componentes y contribuya a valorizar y comprender la importancia relativa de determinados impactos ambientales, positivos y negativos, sobre dicho patrimonio ambiental inicial y sus modificaciones.