El servicio doméstico se constituye como un lugar que vincula prácticas sociales y lógicas económicas con distintos contenidos de racionalidad. Es un espacio en el que habitualmente convergen ámbitos diferentes -el rural y el urbano-, distintas maneras de organizar la institucionalidad -la pública y la privada-, tensiones valorativas de contigüidad y exterioridad en las relaciones de interacción.
Diferentes estudios enfatizan ciertas características entre las trabajadoras del sector en donde podemos encontrar puntos que sintetizan la vulnerabilidad social, la precariedad laboral y la dominación de género. Es una actividad en la que confluyen diferentes formas de desigualdad: entre hombres y mujeres, clases sociales, razas y grupos étnicos, entre migrantes y trabajadores locales, entre lo público y lo privado.