Millones de personas en el mundo experimentan pérdida de la audición inducida por el ruido, consecuencia de la excesiva exposición a sonidos tanto en el ámbito ocupacional como recreacional, siendo ejemplo el uso de reproductores portátil de música (RPM). Actualmente los problemas de audición afectan a personas cada vez más jóvenes, producto de la modernidad, por lo que aumentó la población expuesta a sufrir síntomas auditivos. El trauma acústico agudo (TAA) es la exposición coclear a un ruido muy intenso y el trauma acústico crónico (TAC) la exposición mantenida a intensidades superiores a 90 dB. La audiometría valora la pérdida auditiva. El TAA y TAC muestran perfiles audiométricos característicos. La pérdida de la audición suele ser minimizada o ignorada, constituyéndose en un verdadero problema para la salud pública.