En la base de su poderío hay un crimen de lesa humanidad: la apropiación de Papel Prensa. A este le siguieron delitos varios, tales como la reestructuración fraudulenta de la deuda de Cablevisión, operatorias financieras a través de territorios offshore o el incumplimiento de la normativa que fijó el precio del cable. Del primero al último, todos fueron viabilizados por una extensa lista de favores judiciales, incluyendo la creación de una ONG trucha por parte de un actual cortesano.