Esta tesis aborda la interpretación de la llamada Música Antigua, acotada en nuestro caso al período entre los siglos XVI al XVIII, y traza posibles relaciones con la interpretación actual y el abordaje de repertorios contemporáneos.
En la Música Antigua las partituras no registran prácticamente ningún signo, aparte de las notas, que nos guíe en cuanto a cómo interpretar dichas obras. En esto se diferencian de los períodos sucesivos, en los cuales las partituras presentan abundantes y minuciosas indicaciones realizadas por los mismos compositores.
Los músicos actuales (cantantes, instrumentistas, directores) que abordan el repertorio antiguo se encuadran en dos tendencias generales: la denominada "romántica‟, que encara la interpretación de dichas obras con los criterios tradicionales que se han impuesto desde el siglo XIX, y la „historicista‟, que recurre a los tratados históricos en búsqueda de orientación preferentemente sobre tres de las variables más estudiadas en el campo: la dinámica, la articulación y la agógica.
Hay, sin embargo, un subconjunto de la dinámica poco profundizado en los tratados de época y casi ignorado en la actual praxis interpretativa: la elección y distribución de los acentos. Si bien se suele considerar a los acentos como parte del ritmo, en este trabajo se tratan como parte de la dinámica, en la medida en que implican cambios de intensidad. De hecho así los entiende Robert Donington, a cuyo texto referiremos más adelante. Al enfoque que proponemos, concentrado en tales elementos, llamamos acéntica: un análisis exhaustivo de las categorías, formulaciones y fundamentos estéticos del acento en la interpretación musical. El mismo está basado en los indicios sobre criterios y principios que proveen los tratados y composiciones de la época, que pueden considerarse una teoría implícita de la interpretación. De este modo se intenta otorgar categoría ontológica a un aspecto del análisis musical hasta el momento poco estudiado, dándole una nueva jerarquía como herramienta interpretativa.
Este estudio apunta a la construcción de una interpretación reflexiva, conceptual, es decir no meramente instintiva, de la música, restableciendo desde nuestros intereses del presente, la conexión entre las artes y la filosofía que ha sido prevalente durante gran parte de la historia occidental, vínculo que caracterizaba el perfil de los músicos de la época abordada (Bach y Telemann que discurrían epistolarmente sobre matemáticas, Haendel que tenía devoción por Rembrandt, etc ) La tesis se concentra en la música del siglo XVIII, con algunas menciones colaterales a ejemplos de los siglos XVI y XVII y del siglo XIX y XX, como antecedentes y extensiones posibles de los criterios centrales del presente trabajo, ya que es razonable la hipótesis de una continuidad de vasos comunicantes en los lenguajes de los distintos períodos.