Mientras que las sociedades premodernas se erigían sobre un universo simbólico relativamente homogéneo, las interacciones culturales se han ido incrementando desde la Modernidad. Principalmente desde la aparición del libro de la era Gutenberg, y con la sucesión de medios y tecnologías, se han ido acrecentando los conocimientos disponibles para la población en general. Si durante el siglo XX predominaron los medios masivos para informarse y construir consensos, tenemos que reconocer que en la actualidad las fuentes de información se han ampliado: buscamos datos y saberes en otros ámbitos institucionales, incluyendo nuevos interlocutores y fuentes.