“La revolución contra El capital” así tituló el joven Antonio Gramsci su artículo para Avanti!, el periódico del Partido Socialista Italiano, que lo publicó el 24 de noviembre de 1917. El autor advertía a los lectores sobre la singularidad de la revolución “maximalista” triunfante en Rusia: el proletariado tomó el poder político en un país cuyo desarrollo capitalista era menor que en el resto de Europa. La Revolución de los Soviets, liderada por los bolcheviques, contradecía las tesis formuladas por Marx en El capital que pronosticaban la emancipación obrera en países que, como Inglaterra, encabezaban el desarrollo capitalista. Más precisamente, el intelectual italiano subraya que los bolcheviques rusos refutaban las interpretaciones “burguesas” de El capital según las cuales Rusia debía pasar necesariamente por el capitalismo para modernizarse. Pero para esa refutación, aclara Gramsci, los bolcheviques debieron activar la voluntad colectiva y popular y ello implicó un largo proceso de “infiltraciones capilares” ligadas a las “experiencias de clase”.