Existe un consenso generalizado acerca de que la mayoría de los intelectuales y artistas que gozaban de algún prestigio, durante el primero peronismo, eran liberales o afines a algún sector de la izquierda y que, por tanto, no fueron favorables e incluso manifestaron expresamente su oposición al régimen. No obstante, la cultura fue uno de los campos que el gobierno se propuso abordar en el Primer Plan Quinquenal (1947-1951). Cuando en 1947, el presidente Perón convocó a los intelectuales y a los artistas para invitarlos a formar parte de su proyecto a favor del apoyo a la difusión y nacionalización de la cultura, muy pocos nombres representativos del campo de las artes plásticas pueden reconocerse entre los concurrentes.
Si bien parece fácil abonar la tesis de que sólo un grupo minoritario de artistas, escritores e intelectuales con un prestigio más o menos probado, fueron afines al régimen, la identificación intelectualidad-antiperonismo ha generado grandes confrontaciones entre las nociones de la alta y baja cultural, cultura docta o letrada versus cultura popular y masiva, polarizaciones que no dan cuenta de algunos fenómenos surgidos al calor del ascenso del peronismo. Son conocidas las figuras y los proyectos culturales que han surgido en la época como reacción antiperonista, sin embargo, poco se sabe de los proyectos que, sin tener una suscripción oficial, manifestaron su adherencia al régimen. Éste es el caso de la revista Continente. Mensuario de arte, letras, ciencias, humor, curiosidades e interés general (1947-1955), que por el espacio que dio a la imagen, en general, y a la reproducción de obras artísticas, en particular, propone relativizar, o al menos revisar algunos presupuestos sobre los que se suele asentar el ascenso del peronismo y la producción cultural, y como en nuestro caso, de las artes plásticas.