Este trabajo gira en torno ainterrogantes que nos surgieron sobre la segunda gestión de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner: si existieron cambios en la política exterior con relación a su anterior administración y a la de Néstor Kirchner,y cuáles podrían ser las causas que los impulsan. Para ello describiremos brevemente la construcción de una estructura triangular entre Buenos Aires, Washington y Brasilia tejida en los últimos treinta años.
La Argentina realizó un balance pendular entre esos dos polos, producto de las innovaciones ocurridas en el primer gobierno democrático: el “giro realista” hacia los Estados Unidos y la política de cooperación hacia los vecinos que permitieron buscar márgenes de maniobra en el escenario internacional.
Aunque desde los años noventa hasta la crisis de 2001, este esquema continuó buscando, la vinculación acrítica con la gran potencia y contrapesar el lugar de Brasil, y desatendiendo la búsqueda de márgenes de maniobra.
Con posterioridad a la crisis de 2001, los lineamientos seguidos en diversos planos que atendieran tanto las demandas internas como externas, permitieron, no sin dificultades y contradicciones, volver hacia el sendero de la autonomía.
Pero en el segundo mandato de Cristina Fernández existió lo que denominaríamos la profundización del cambio que lo alejó de una práctica autonómica en sentido puigiano que habíamos determinado para el gobierno de Néstor Kirchner e incluso el primer mandato de aquella. (Simonoff, 2010) Ahora bien, ¿qué significa esto? Si bien los lineamientos de las dos primeras administraciones kirchneristase mantuvieron en esa última, observamos que se dejaron de lado instrumentaciones de características contextuales - imprescindibles para determinar correctamente los márgenes de maniobra potenciales y reales para el accionar internacional-, por otra conceptualización más rígida, ideologizada –que podría alejarla de este modelo-. (Simonoff, 2013) Esto se puso de manifiesto desde 2014, cuando encontramos por un lado un cierre de ciclo iniciado tras la crisis de 2001 en materia de Seguridad Internacional y Desendeudamiento, por ejemplo, donde predominaron elementos más ideológicos que pragmáticos, una virtual paralización del Mercosur -producto de la crisis internacional y de las acciones de los socios frente a ellaque afectaron al espacio común-, y la exploración de escenarios alternativos a partir de una rejerarquización de la agenda con países como China y Rusia.
En este último aspecto puede visualizarse con las visitas recíprocas, tantode los presidentes de esos países a Argentina en 2014, como las de Cristina Fernández de Kirchner al año siguiente, donde la administración nacional señaló el comienzode un diseño de una estrategia más próxima a ellos y, consecuentemente, más alejado los países Occidentales y del sistema financiero internacional.