El segundo número de Armiliar se centró en una apertura disciplinar hacia la historiografía de la música, el diseño y la literatura.
En este, el tercero, aquel primer desplazamiento se amplía con otros al tiempo que recuerda la propia especificidad que la disciplina supo construir. La historia del arte ha cambiado notablemente en los últimos años y, prácticamente, todos sus presupuestos se han visto sacudidos por nuevas perspectivas y por interesantes revivals.