En esta ponencia se propone realizar un análisis sobre un periodo corto de la historia argentina pero signado por cambios y continuidades que parecen condicionar y modificar la vida de los jóvenes. El recorte histórico se centra desde el año 2000 hasta el año 2014, bajo la premisa que este periodo fue escenario de tendencias generales hacia una mejoría de los indicadores sociales, que muestran su mejor comportamiento a mediados del periodo, y que condicionan favorablemente la merma de las desigualdades sociales (Kessler; 2015, Miranda, Corica, Arancibia y Merbilhaá; 2014, Groisman; 2013). Como corolario de la disminución de la brecha social entre los distintos grupos socioeconómicos, se abren nuevas posibilidades de vinculación entre la educación con el trabajo como categorías complementarias y no excluyentes (Miranda, Corica, Arancibia y Merbilhaá; 2014), donde los jóvenes pueden desarrollar distintas experiencias y recorridos que son promovidos desde el marco legislativo y bajo la articulación de políticas y programas que aportan al desafío de la universalización de la escuela secundaria (Filmus; 2015).
Esta ponencia plantea la hipótesis de que el periodo bajo análisis puede ser caracterizado en tres momentos distintos, donde la combinación entre los modelos de desarrollo económico y las políticas públicas vigentes a lo largo del periodo, dan lugar a un comportamiento cambiante entre el vínculo de la educación con el trabajo, que se interpretan a la luz de los rasgos que asume la dinámica en la composición de la matrícula y la participación laboral de los y las jóvenes.