Desde la perspectiva de las transformaciones estructurales y funcionales del país y del mundo, los sistemas locales y regionales necesitan desarrollarse y encontrar una nueva dinámica de adaptación al cambio, pero el proceso de descentralización no significa la deserción de las estructuras mayores sino la definición de un nuevo rol para las mismas, dotando a las estructuras menores de los recursos, pero también de las herramientas necesarias -conocimiento, tecnología y profesionalismo- para poder cumplirlo con eficacia.
Tengamos en cuenta que de los 1.922 municipios y comunas de la Argentina, el 80% tiene menos de 10.000 habitantes y el 92%, menos de 30.000, sólo el 8%, 152 municipios, tiene más que esa cifra, pero concentra, junto a la Ciudad de Buenos Aires, el 75% de la población del país.